Gemma Bastida | Málaga (EFE).- Con los embalses en mínimos históricos, al 16,7 % de su capacidad, y sin previsión de lluvias: así despide Málaga su año más seco, que ha dejado los pantanos en una situación crítica, lo que ha obligado a numerosos municipios de la provincia a implantar medidas de urgencia para reducir el consumo de agua y garantizar el suministro.
Los siete embalses de Málaga (La Concepción, Casasola, El Limonero, Guadalteba, Guadalhorce, Conde de Guadalhorce y La Viñuela), acumulan actualmente 102,47 hectómetros cúbicos de agua, menos de la mitad de la que tenían hace justo un año, cuando disponían de 229 hectómetros, según datos de la red Hidrosur.
La situación es especialmente preocupante en la presa de La Viñuela, que se nutre del río Guaro y está literalmente moribunda, a un 7,4 % de su capacidad máxima. Esta es la principal fuente de abastecimiento de agua de la parte oriental de la Costa el Sol, de municipios como Rincón de la Victoria, Torrox o Vélez-Málaga.
Los embalses de Málaga con mayores reservas son el de Casasola (28,9 %), La Concepción (23,5 %), Guadalteba (22,9 %) y El Limonero (21,8 %), seguidos del de Conde de Guadalhorce (16,8 %) y Guadalhorce (15,1 %), pero prácticamente todos ellos presentan un nivel muy inferior, en algunos casos de más del 50 %, al que registraban a finales de diciembre de 2022.
Municipios en alerta
Como apenas ha llovido en los últimos doce meses en Málaga, la situación no ha hecho más que empeorar. Hasta el punto que la capital solo dispone de un año de agua si no recibe nuevas precipitaciones.
Ante esta situación, muchos ayuntamientos se han visto abocados a adoptar restricciones en el consumo. Primero se prohibió el uso del suministro potable para el riego de zonas verdes, llenado de piscinas o el baldeo de calles. Pero algunos municipios han tenido que endurecer las medidas y acotar también el consumo doméstico.
Es el caso de Rincón de la Victoria, con más de 50.000 personas empadronadas, que aplica cortes de agua entre las 23:00 y las 07:00 horas. Sumándose así a otros municipios que limitan el consumo de agua potable, como Vélez-Málaga, Almáchar, El Borge e Iznate. Todos ellos en la comarca de la Axarquía, o Cártama, en el Valle del Guadalhorce.
La turística Benalmádena, en la Costa del Sol occidental, ha optado por el momento por reducir la presión del agua en diferentes zonas del municipio con el objetivo garantizar el suministro de agua potable.
Pendientes del cielo
Las previsiones apuntaban a un otoño más húmedo de lo habitual, pero éstas no se han cumplido. Y los embalses de Málaga han seguido bajando de nivel. Solo una primavera lluviosa podría revertir esta situación. Y evitar la aplicación de nuevas restricciones en las localidades malagueñas, incluida la capital.
En la estación pluviométrica del aeropuerto de Málaga se han recogido este año cerca de 180 litros por metro cuadrado. Es el dato más bajo desde 1872, es decir, de los últimos 150 años, según el bloguero y experto en metereología José Luis Escudero.
Las precipitaciones de noviembre, por ejemplo, han dejado 1,1 litros por metro cuadrado en la Sierra de Mijas, cuando la media histórica de esta estación es de 87,3 litros. Lo mismo ha sucedido en Ronda (4,6 litros, frente la media de 82,2), o en Jubrique, donde solo han caído 13,5 litros. Nueve veces menos de lo habitual, como indica el último informe hidrológico de Hidrosur.
A ello se suma un clima inusualmente cálido, que ha llegado a dejar máximas de casi 30 grados (29,9) en pleno mes de diciembre en Málaga ciudad. Batiendo así el récord de temperatura registrado en este mismo mes de la serie histórica (1942-2003), con 29,4 grados.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé la próxima entrada de un frente atlántico por el noroeste peninsular. Dejará precipitaciones en comunidades como Galicia y Asturias, pero ni una gota en el sur.
Y así, sin atisbo de lluvias, continuará la situación durante los últimos días de 2023 y los primeros de 2024 en la provincia, según las predicciones meteorológicas.
Actuaciones de la Junta
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ya ha advertido de que si no lloviera de aquí al verano habría «problemas serios de abastecimiento en capitales de provincia y en municipios importantes». Con el impacto que ello tendría para la población, pero también para la agricultura, la industria y el turismo.
El gobierno andaluz, que ya va por el cuarto Decreto de Sequía, ha activado más de mil actuaciones en materia de agua en la comunidad. Van a suponer una inversión superior a los 4.000 millones de euros de aquí a 2027.
Si fuera necesario, la Junta se plantea disponer de barcos cisterna para abastecer al litoral de la Costa del Sol desde el puerto de Málaga. O contar con desaladoras y desalobradoras portátiles para dar servicio a corto plazo a zonas tan afectadas como la Axarquía malagueña.
Entre tanto, el ejecutivo trabaja para hacer realidad cuanto antes la desaladora de Vélez Málaga y planea actuaciones similares en Málaga y Marbella. EFE
