Roberto Ruiz Oliva | Almería (EFE).- Melchor, Gaspar y Baltasar han protagonizado una particular «cabalgata» impulsada por una plataforma ciudadana en contra de un hotel cerca de la playa de Los Genoveses, en el corazón del Parque Natural del Cabo de Gata.
Los tres Reyes Magos han formado parte de un acto lúdico y reivindicativo con el que este colectivo, integrado por grupos ecologistas y vecinos del entorno. Han registrado en el Ayuntamiento almeriense de Níjar las más de 261.000 firmas recogidas en contra de la reactivación del proyecto de rehabilitación del cortijo Chiqueras. Este está en el paraje del Campillo de Los Genoveses.
Este emplazamiento, en pleno corazón de un espacio natural protegido, pretende ser transformado en un hotel de cuatro estrellas. Prevé treinta habitaciones, piscina y setenta plazas de aparcamiento. Así lo ha informado a EFE el activista Manuel Pérez Sola, portavoz de los convocantes de la protesta.
«Si permitimos hoy que se haga un hotel con treinta habitaciones, mañana habrá otro que querrá hacer lo mismo con cincuenta, y luego otro con cien y, al final, se masificará aún más este lugar». Lo ha indicado al tiempo que ha alertado de otros macroproyectos urbanísticos como el famoso hotel El Algarrobico en Carboneras.
La Delegación de la Consejería de Sostenibilidad en Almería, ha aprobado el proyecto. Ante ello, el colectivo advierte de que el cambio de uso del suelo agrícola y ganadero actual al de hotelero es «incompatible» con las actividades permitidas en una zona catalogada como ‘C1’ en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
Tampoco cree que esté amparado por la normativa ambiental en vigor. Eso porque el plan rector de usos y gestión del parque natural al que pretende acogerse «caducó en 2016 y no ha sido prorrogado».
Hotel en un espacio ‘virgen’ del litoral
Pérez Sola ha recordado que el Campillo de Los Genoveses es uno de los escasos espacios vírgenes que aún se conservan en el litoral andaluz. Representa una ‘zona de campeo’ del águila perdicera y habitat de otras aves, como el colirrojo real o la ganga ortega. Son especies esteparias muy vulnerables y protegidas por la directiva europea de Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA).
El paraje cuenta además con especies botánicas singulares y en peligro de extinción. Son el cornical, el palmito, la launea, el espárrago y la efedra. Se entienden como decisivas para que la Unión Europea declarara su entorno como Lugar de Interés Comunitario (LIC).
También esto motivó que, para poder preservarlas, se restringiera el tráfico de vehículos a motor en verano por las pistas de tierra que dan a las conocidas playas de Genoveses, Barronal, Mónsul y Cala Carbón.
Aunque el cortijo Chiqueras ya fue rehabilitado de 2008 para la promoción de su patrimonio etnográfico y agroambiental. Está vinculado a la elaboración de cuerda de esparto, la actividad cerealista o ganadera. Según la plataforma en la actualidad este inmueble está siendo utilizado como restaurante. También como lugar de celebración de eventos con aforo de hasta 350 personas.
Importante contaminación atmosférica, lumínica y acústica
Esta actividad produce, a juicio del colectivo, una importante contaminación atmosférica, lumínica y acústica. Esto resulta incompatible con la conservación de las especies naturales de la zona. Están incluidas en la Red Natura 2000 de la Unión Europea.
A todo ello, ha denunciado, habría que unir -de salir adelante el proyecto en Cabo de Gata- los más de sesenta clientes potenciales del hotel y la veintena de personas trabajadoras internas y de servicios auxiliares que transitarían a diario con sus vehículos por el entorno.

Por todo ello, además de la presentación de las firmas en contra del hotel, algunos de los participantes han presentado distintas instancias en el consistorio de Níjar. Piden que esta istración local compruebe si el uso que se le está dando en la actualidad al cortijo Chiqueras es el que se aprobó en su momento.
También si se cumplen las medidas de seguridad y sanitarias que han permitido la celebración en los últimos años de eventos multitudinarios como salón de bodas. Esto porque no cuenta contar con servicio de agua corriente ni alcantarillado para la recogida de aguas residuales, han expuesto.
Un ecosistema ambiental único, en riesgo
Además, piden expresamente que el pleno municipal no apruebe la declaración de ‘Utilidad pública e interés social’. Y que rechace así el proyecto de instalación del hotel en Cabo de Gata. Entienden que se trata de un negocio particular del que solo se beneficiaría el propietario.
Por contra, se pone «en riesgo» la conservación de un ecosistema único a nivel ambiental, con sus valores paisajísticos, estéticos y emocionales.
«Queremos agotar todas las vías de negociación, que las firmas estén presentadas antes de reunirnos con los grupos municipales. Existe un gran rechazo social que debe conocerse. Aquí no puede pasar lo mismo que en Doñana y que perdamos alguna protección», ha sentenciado Pérez Sola.
Mientras que la plataforma tampoco descarta seguir la vía judicial, confía en que la ‘ayuda’ de sus majestades de Oriente sirva para que este proyecto quede descartado definitivamente. Además porque el Cabo de Gata siga siendo un espacio único en el litoral mediterráneo frente a las «agresiones urbanísticas» que lo amenazan.