El productor musical Joaquín Garzón durante una entrevista para EFE en su estudio de grabación en Valencina de la Concepción (Sevilla). EFE/Fermín Cabanillas

Los productores musicales, siempre en la sombra pero imprescindibles para el artista

Fermín Cabanillas | Sevilla (EFE).- Cuando un disco triunfa siempre se asocia el éxito con la voz que lo interpreta, pero tras una canción están los productores musicales, que se encargan de darle forma a todo lo que el cantante quiere expresar, aunque, curiosamente, se trata de una figura anónima y muy desconocida para el gran público.

En esa lista de productores musicales se encuentra Joaquín Garzón, que tiene su estudio en un polígono entre las localidades sevillanas de Camas y Valencina de la Concepción, y que recibe la visita de EFE precisamente mientras monta el nuevo disco de Jairo Cuevas, un cantante de El Viso del Alcor que ha recurrido a él para que le saque todo el partido posible a sus nuevas sevillanas.

En cualquier ámbito de la cultura el productor es un elemento desconocido, aunque es imprescindible su trabajo para, por ejemplo, sacar adelante con toda la calidad posible una canción: “nuestra misión es darle vida y darle forma a lo que el artista tiene, a lo que ha creado”, explica Joaquín, que concreta que trabaja para “envolver esa esencia que el artista trae desde su casa, de su puño y letra, y hacerlo sonar lo mejor posible”.

Darle sentimiento

Por explicarlo de alguna forma, el autor (en este casi Jairo es autor e intérprete) llega al estudio con una melodía y una letra en su cabeza, y es en la producción donde se preparan todos los detalles para que la canción salga lo mejor posible, “y darle el sentimiento que requiera en algunos casos o darle la alegría que requiera en otros”.

De sus manos han salido discos de platino y oro, entre otros ‘Volver a Ser Romeo’ (Maki feat Galvan Real), ‘Una Bachata’ (Manuel González feat Saray Jiménez),’ Loquita Loca’ (Maki feat La Cebolla) o ‘Hasta el infinito’ (Maki feat Shakira Martínez).

“Intentamos que suene lo mejor posible”

“Somos una pieza indispensable en la canción del artista y para eso estamos, para que suene lo mejor posible”, dice, mientras le da al cantante las últimas instrucciones antes de ponerse a grabar, como los puntos donde debe entonar más o menos alto, la distancia a la que siempre tiene que estar del micrófono o la postura que debe mantener para que la grabación sea perfecta.

Y todo ello, rodeado de decenas de discos de oro y platino que testifican las miles de ventas que han protagonizado los artistas que se han puesto en sus manos, pero, no obstante, entiende que una buena parte del éxito no pasa por él, ni por los productores musicales porque “si tuviéramos una varita mágica para convertir las canciones en éxito de todo el mundo, estaría al alcance de la mano de todos”.

Jairo Cuevas, mientras tanto, asiste a todo lo que cuenta su productor, y defiende que, con buenos temas bien editados, “en la música hay sitio para todo el mundo”, pero sí cree que los intérpretes tienen que trabajar para que cuando se escuchen sus canciones “cerrando los ojos, se sepa quien es esa persona que canta, que no te parezcas a nadie”.

La pandemia que le “cortó las alas”

A sus 33 años, recuerda su paso por Canal Sur en el programa ‘Soy del sur’ como “una aventura”, aunque lamenta que cuando iba a despegar definitivamente, “viene una pandemia que a este pájaro que estaba volando le cortó las alas”, pero, ahora, “estamos resurgiendo de nuevo y escribiendo nuestras propias canciones”.

Por eso, apoyado por la producción de Joaquín Garzón, está sacando adelante su “flamenco pop”, con temas como su ‘Intentaré’ recién estrenado, aunque volviendo a las sevillanas siempre que puede, un género que califica como “súper difícil”.

Joaquín cierra la charla explicando que, por encima de cualquier otra dinámica, “el secreto es trabajar con ilusión, con ganas, no tirar nunca la toalla”, y también saber manejar el calendario, porque no es lo mismo trabajar en una canción para el verano que en una balada para el otoño o en invierno, pero “no hay más secreto -para reunir discos de oro- que trabajar, e incluso tener una chispita de suerte”. EFE