María Ruiz I Granada, (EFE).- Con el buen tiempo de cara y dos días de fiesta por delante, Granada se engalana para celebrar su fiesta del Día de la Cruz, una tradición sin el ‘pero’ de los botellones y con las barras recogidas en recintos cerrados para que solo reluzcan los mantones, cobres y claveles.
Granada luce este viernes teñida del rojo de los claveles que protagonizan las cruces tradicionales. Esas que un año más comparten espacio con alternativas de todos los colores y formas. Desde las propuestas hechas con libros o vasos a las construidas con botellines, pañoletas o hasta magdalenas.
Durante dos días, la tradición ocupa rinconcitos de la ciudad gracias a la complicidad de asociaciones de vecinos. Además, de grupos culturales o colegios que plantan sus cruces para que crezca el arraigo a una fiesta familiar y flamenca.
El cantaor Iván Centinillo ha combinado versos y coplas acompañado de algún acorde a la guitarra para sostener un pregón en el que ha presentado una nueva sevillana dedicada al Corpus, que también vestirá este mes Granada de lunares. Y animar a vivir una tradición «nazarí y de color».
Hasta 56 cruces por la ciudad
Centenillo ha marcado así el arranque institucional de una fiesta con trabajo amontonado. Ese que ha permitido marcas el mapa de la ciudad con las 56 cruces distribuidas por patios y plazas, por colegios y hasta en escaparates.
La alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, ha invitado a disfrutar de dos jornadas de «derroche de belleza, colorido y alegría». Para reforzar una festividad enraizada en la historia de la ciudad.

Al calor de un solecito tan resultón como las calles más históricas de la ciudad, vecinos y visitantes han tomado el centro de la ciudad. Y han forzado el cierre al tráfico de parte de las vías que rodean la plaza del Carmen. Donde luce el escenario central y la cruz municipal, por motivos de seguridad.
Para facilitar el recorrido por el medio centenar de monumentos repartidos por la ciudad, un jurado ha distinguido como la mejor cruz en la categoría de patios a la organizada por la Archicofradía del Santísimo Rosario. Con un segundo puesto para la cofradía Nuestro Padre Jesús del Rescate.
En la modalidad de calles y plazas, el primer premio reconoce el trabajo de la asociación de vecinos Alonso Cano. Mientras que la Hermandad Jesús de Nazareno logra un segundo premio.
Origen en el Albaicín y el Realejo
«Aquí la cruz es combinar el horario de trabajo con los caprichos de unos niños con prisas por salir y a los que hay que poner el traje y hasta pintarles el lunarcico en la mejilla una jornada más», ha explicado a EFE Carmen Solana, vecina del barrio de la Cruz que está de fiestas desde el martes, en cola para disfrutar de una viandas con los amigos.

El rojo tradicional se ha impuesto un año para acompañar a una ciudad engalanada de cobres y el azul y blanco de la cerámica tradicional, casi tan imprescindibles como el pero, esa manzana con una tijera clavada que avisa con un poquito de malafollá granadina que no se iten críticas.
El Día de la Cruz busca la tradición de una fiesta que tiene su origen a principios del siglo XX en el Albaicín y el Realejo, donde los jóvenes construían pequeños altares en torno a una cruz.
Para evitar botellones y garantizar la seguridad, Granada cuenta con un dispositivo especial con 246 servicios de la Policía Local que centrarán su atención en zonas de especial afluencia como el Albaicín, Plaza Nueva, Campo del Príncipe o la Plaza de la Universidad.
También se ha activado un plan especial de limpieza con medio centenar de operarios y 156 jornadas para estos dos días de fiesta acaben sin ‘peros’. EFE