Málaga (EFE).- El Espacio Sohrlin Andalucía, el nuevo proyecto del actor Antonio Banderas en Málaga, ya es una realidad: un espacio de 8.000 metros cuadrados destinados a la formación de técnicos del espectáculo y la producción de proyectos escénicos que busca convertir la Costa del Sol en centro neurálgico de la industria del entretenimiento cultural en España.
Banderas, que es propietario del Teatro del Soho y varios restaurantes en Málaga, su ciudad natal, se ha aliado con su amigo y empresario Domingo Sánchez, responsable de Merlín Producciones, para impulsar esta gran «caja mágica» de creación, producción, entrenamiento, formación, exhibición y distribución de diferentes artes escénicas, como el teatro, la música o el circo.
Sohrlin pretende paliar el «enorme déficit de técnicos» del espectáculo que hay en España a través de cursos de formación en áreas como la caracterización, el sonido, la regiduría, la producción, el vestuario, la iluminación o la escenografía, ha explicado Banderas durante la presentación del proyecto.
Los cursos tendrán una parte teórica y, sobre todo, mucha práctica, y contarán con profesores y clases magistrales de los mejores profesionales del mundo en cada área. «Vamos a tirar de relaciones personales para traer a los mejores», ha apuntado Banderas.
Clases «caras»
Las clases, que previsiblemente arrancarán en octubre, van a ser «caras», por lo que Espacio Sohrlin ultima un acuerdo con un patrocinador para crear una bolsa de becas que cubra hasta el 40 % del coste de la formación. El objetivo, ha señalado Banderas, es que ningún alumno «que tenga talento y no tenga medios» se quede fuera.
Además de esta escuela técnica, Sohrlin se configura como un espacio de ensayo y producción de espectáculos con proyección internacional. Sus instalaciones han albergado ya los ensayos del musical ‘Tocando nuestra canción’, ahora en cartelera en el Teatro del Soho, y también los de la orquesta sinfónica Larios Pop del Soho.
La idea es que este espacio pueda ser la casa de otras formaciones musicales, artistas o acróbatas de circo de todo el mundo.
Esto es el lugar perfecto de ensayo, al entrar por la puerta te transportas a otro mundo», ha afirmado Domingo Sánchez, que a través de su empresa ha producido eventos como el espectáculo de luz y sonido que se pudo ver en la final de la Copa del Rey de Campeones de Arabia Saudí.

Un espacio único
Espacio Sohrlin Andalucía se ubica en la zona oeste de la ciudad de Málaga, a pocos metros del mar. Ocupa una vieja nave industrial, completamente remodelada, que durante décadas fue una empresa siderúrgica, después textil y finalmente un almacén de grano.
Banderas y Sánchez han querido respetar la esencia y la integridad del edificio, devolviéndole «la dignidad» y dotándole de un ambiente «al más puro estilo neoyorkino».
El edificio, que tiene una cubierta con dientes de sierra que permite la entrada de luz natural, tiene dos áreas diferenciadas, pero conectadas entre sí.
En una de las alas se encuentran las aulas de formación y un complejo residencial con once habitaciones. Con capacidad para una treintena de personas, destinadas a estudiantes, formadores y profesionales que requieran de hospedaje.
El espacio contiguo es un enorme espacio diáfano y versátil dedicado al entrenamiento, creación, producción, formación, exhibición y distribución. Como ha indicado Banderas, se trata de «un tetris» con posibilidades infinitas.
«Unas instalaciones potentes, creativas, inspiradas en las fábricas y almacenes neoyorquinos, con materiales puros y reciclados comprometidos con la sostenibilidad y la recuperación para nuevos usos», señalan sus impulsores.
Ahí se habilitará un auditorio con capacidad para mil personas para el desarrollo de actos y acciones culturales. Así como un laboratorio digital capaz de programar producciones propias o salas técnicas de control escénico.
Ni Antonio Banderas ni Domingo Sánchez han querido detallar la inversión económica que ha supuesto la puesta en marcha del Espacio Sohrlin Andalucía. Un proyecto que cuenta también con ayudas de la Junta, aunque han reconocido que «esto es muy caro».
«Te das cuenta de lo grande que es cuando solo la pintura cuesta 160.000 euros», ha comentado Sánchez. EFE