La bailaora Leonor Leal (c), acompañada del percusionista Antonio Moreno y Raúl Guridi, posan durante los talleres enmarcados dentro de las actividades de la Bienal de Flamenco de 2024 en Sevilla. EFE/ David Arjona

La Bienal crea público joven para el flamenco a través del baile y la percusión

Sevilla (EFE).- Crear nuevos públicos para el flamenco desde las edades más tempranas a través del baile, el ritmo y la percusión ha sido el objetivo del taller ‘Manual de flamenco para familias’ que la bailaora Leonor Leal y el percusionista Antonio Moreno han realizado en el marco de la XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla.

Programado por Caixaforum, desde el pasado viernes hasta este domingo, ambos han invitado a la participación en un taller singular y único que ha ofrecido un primer o a los más pequeños con el enriquecedor imaginario musical del flamenco desde la participación colectiva.

En declaraciones a EFE, Leal ha reconocido que cuando desde la Bienal y La Caixa le propusieron esta experiencia, este laboratorio, se asustó un poco: «No estamos acostumbrados a este tipo de actividad que, además, no se iba a desarrollar en un espacio controlado y cerrado, sino en uno abierto y sin límit», como el hall del edificio Caixaforum, por lo que le dio «un poco de miedo».

«Lo he disfrutado un montón, porque los niños te sorprenden con la participación, con las ganas que tienen de bailar, con las ganas que tienen de estar contigo y eso es maravilloso», ha señalado.

La bailaora Leonor Leal , acompañada del percusionista Antonio Moreno y Raúl Guridi, durante los talleres enmarcados dentro de las actividades de la Bienal de Flamenco de 2024 en Sevilla. EFE/ David Arjona

Atractivo para los niños

Leal ha explicado que el flamenco es «por todos los elementos que tiene, muy atractivo para los niños», por lo que se han planteado el taller sin ninguna expectativa de resultado más allá de que los más pequeños «entraran a bailar, a tocar y a disfrutar sin sentir que tienen una forma determinada ni un resultado que conseguir».

«Era un juego y ese era el planteamiento para mí más importante, que jugarán que se divirtieran y que si eran más forma menos forma flamenca que eso viene poco a poco», ha asegurado.

En su opinión, pese a la mucha individualidad que hay en el flamenco actual, con un alto de nivel de creación, «lo único que no se puede perder es el compás, porque eso no te lo perdona nadie».

Por su parte Moreno ha explicado que para lograr que el compás se adueñara de los participantes se han usado objetos cotidianos del día a día, el cuerpo o la propia la voz. «Todo es una caja de resonancia; el cuerpo y la percusión son dos elementos muy primitivos, muy básicos y que se pueden definir rápido, lo que ayuda también a que ellos puedan participar».

«Hemos intentado que los niños tuviesen una experiencia muy directa con el sonido, con el baile, con el ritmo y bueno, cada día siempre imprevisible porque cada día eran muchos grupos diferentes y la verdad que la sensación es muy positiva», ha manifestado. EFE