La periodista e investigadora Rosa Rodríguez Cárcela, autora de una tesis doctoral dedicada al periodismo de sucesos y del 'Manual de Periodismo de Sucesos', publicado por la Universidad de Sevilla, es la autora del capítulo más largo de 'Rojo sangre'. EFE/Juan García-Chicano

‘Rojo sangre’, una antología «espeluznante» revela la histórica influencia de la prensa de sucesos en España

Alfredo Valenzuela | Sevilla, (EFE).- ‘Rojo sangre’ es una «antología ilustrada y espeluznante» sobre la prensa de sucesos en España. «No es lo peor que haya diez millones de españoles que no sepan leer. Lo peor es la lectura que les aguarda cuando aprendan». Esto declaraba una publicación en 1906 como crítica a la influencia de la prensa de sucesos y su carácter sensacionalista, de lo que ahora da cuenta la nueva obra.

La antología ha sido publicada por la editorial La Felguera. Su director, Servando Rocha es también coautor de ‘Rojo sangre’. Este ha localizado las colecciones -o lo que queda de ellas- de unas veinticinco cabeceras. Hay periódicos y revistas de casi todo un siglo. Desde 1884 a 1975, un periodo considerado la edad de oro del periodismo de sucesos.

«Los intentos de resucitar ‘El Caso’ en los años ochenta y noventa no cuentan. El periódico ya no era lo que fue ni, sobre todo, el país era ya el mismo». Es lo que ha señalado Rocha. En sus pesquisas de varios años por hemerotecas, archivos y colecciones privadas ha encontrado «rarezas». Una como «El Látigo», un periódico de 1884 que tenía un suplemento de sucesos y que era manuscrito. De él sólo se conserva un ejemplar de uno de sus pocos números.

En la colección de ejemplares raros del propio Rocha hay una serie de fotografías originales de «El Caso». Las encontró en el Rastro madrileño. El editor ha asegurado que el archivo gráfico de este legendario periódico de sucesos «acabó en la basura» poco después de que dejara de publicarse.

Titulares truculentos

En el capítulo dedicado a «El Caso» se recuerda que su fundador, Eugenio Suárez, «solía vanagloriarse de que la gente analfabeta de los pueblos más remotos de España había aprendido a leer» gracias a aquel semanario. De la misma manera que «se convirtió en el único vínculo con la información de muchos españoles que acudían a sus páginas atraídos, en primera instancia, por el morbo y el sensacionalismo».

prensa sucesos
Rosa Rodríguez Cárcela con un ejemplar de ‘Rojo sangre’, en el que ubica la primera publicación del género en 1882: «Los Sucesos. Revista Ilustrada de Actualidades, Siniestros, Crímenes y Causas Célebres». EFE/Juan García-Chicano

Pero los titulares truculentos habían empezado muchas décadas antes. Esta antología da cuenta de algunos del año 1935 como «Un niño enterrado vivo». O de 1936: «Un oso ataca a un niño en las calles de Barcelona». Este llevaba el siguiente acompañamiento también en titulares: «La tribu propietaria del animal iba a comprar una novia en treinta duros».

En 1914 una revista de sucesos se atrevía incluso a ofrecer un manual. Lo tituló «Cómo se atraca un banco». El mismo año otra publicación especializada en crímenes ofrecía el improbable título de «Me han matado». Otro periódico de la misma época, al abordar el asunto de la trata de mujeres, elegía el titular «Traficantes en carne humana».

La labor de los periodistas especializados en sucesos cobró tanta importancia que en 1929 el semanario «Estampa», que no lo era de sucesos, dedicó un reportaje a estos periodistas. Lo hizo bajo el título «Vida, triunfos y aventuras del reportero de sucesos». Estaba ilustrado con retratos de todos ellos en formato de orla, en la que figuraban elegantemente vestidos, al menos cuatro de ellos con sus corbatas de lazo.

«Museo criminal»

Estos periodistas fueron dueños de secciones de títulos para la prensa de sucesos tan explícitos como «Museo Criminal». Se publicó ininterrumpidamente entre 1904 y 1909. Alguno de ellos eligió un pseudónimo de innegable resonancias literarias, como «Segundo Holmes».

A lo largo del siglo estudiado fueron frecuentes los reportajes sobre los entonces denominados crímenes pasionales, aunque no todos acababan en sangre: «Enamorado de la hija se casa con una viuda», decía un titular de hace casi cien años mientras que una revista de la época ofrecía una serie de fotografías como un manual de defensa personal bajo el título «Cómo se defiende la mujer».

La periodista e investigadora Rosa Rodríguez Cárcela, autora de una tesis doctoral dedicada al periodismo de sucesos y del «Manual de Periodismo de Sucesos» publicado por la Universidad de Sevilla, es la autora del capítulo más largo de ‘Rojo sangre’, en el que ubica la primera publicación del género en 1882: «Los Sucesos. Revista Ilustrada de Actualidades, Siniestros, Crímenes y Causas Célebres».