Esther Gómez I
Marbella (Málaga), (EFE).- El discurso del éxito que se generaliza en la sociedad y la sensación de fracaso que provoca se sitúa como uno de los principales problemas de salud mental actuales, según el psicólogo sanitario y divulgador Buenaventura del Charco, para quien ahora se está «mucho peor que en generaciones anteriores».
El psicoterapeuta, autor del libro ‘Hasta los cojones del pensamiento positivo’, explica en una entrevista con EFE que «los casos están disparados», ya que antes la incidencia de las enfermedades mentales era del 25 % de la población y ahora se sitúa en torno a un 33 %. Ademá, pide poner atención a que “la mayoría de la gente se está quedando fuera del a la terapia”.
La ansiedad y la depresión se han convertido en las patologías estrella de la consulta de un psicólogo, señala Del Charco, que se muestra muy preocupado por el repunte que se observa en relación a trastornos de conducta alimentaria, a su juicio, muy relacionados con los estándares de físico que transmiten las redes sociales.
También crecen las consultas de personas que, sin tener un diagnóstico como tal, acuden al especialista con “una sensación de vacío existencial y de desafección con la vida” en lo que algunos profesionales denominan “depresión funcional”.
En los jóvenes, si bien baja el consumo de estupefacientes y esta generación apuesta por una vida más sana, comer mejor y hacer más deporte, al profundizar se observa que esto “no se debe a una preocupación real por salud, sino por el aspecto físico y por dar una imagen en las redes«.
Aumenta la enfermedad mental en los jóvenes
Las tasas de enfermedad mental en este grupo de población han aumentado considerablemente y actualmente es la segunda causa de muerte más frecuente en menores de 35 años es el suicido, recalca.

Para Del Charco, “lo que ha cambiado es el tipo de adicción”, ya que ahora hay más relacionadas con las redes sociales, internet o los videojuegos, como modo de evasión de la realidad cuando a alguien no le gusta su vida, no se siente cómodo con quién es o no se ve capaz de «enfrentarse al mundo».
Este experto considera que el gran avance que se ha conseguido en los últimos años es que “la salud mental, que antes era un tema tabú, que la gente vivía desde la vergüenza y en la intimidad, se ha normalizado”, algo a lo que ayudó la pandemia.
“Sólo hay que ver que el género literario más vendido en España es la autoayuda, que las redes sociales están llenas de contenido desarrollado por psicólogos o cómo los famosos ya hablan abiertamente de ir a terapia”, añade.
Más visibilidad, difícil a terapia
Sin embargo, cuestiona «hasta qué punto es útil la visibilidad que se ha logrado» y la consciencia de la necesidad de cuidar la salud mental, si eso no va «acompañado de más facilidad para acceder a la terapia» en España.
Ha lamentado que, en cuanto a psicólogos por habitantes, España está «a los niveles de Rumanía y Bulgaria».
Además, en la sanidad pública “las listas de espera en salud mental en la mayoría de las comunidades autónomas superan los seis meses» y se tiene que hacer un cribado, con atención a los casos más graves.
Ha apuntado que en el sistema privado la situación no es mucho mejor y “la psicoterapia no es algo viable” porque las compañías de seguros se adecuan a un modelo de atención que responde a visita al médico, tratamiento de unos días y curación, pero en psicología los tratamientos son continuados y requieren de entre veinte y treina sesiones.
Para la mayoría, la única manera de acceder a una atención psicológica de calidad es la psicoterapia privada, donde un mes de tratamiento con sesiones semanales cuesta entre 200 y 280 euros al mes, algo que “está fuera de las posibilidades de la mayoría”.