Fermín Cabanillas | Sevilla (EFE).- Ni todos los gladiadores morían en la arena ni el césar usaba el pulgar para salvarles la vida o ajusticiarlos en el Imperio romano. Son algunos de los mitos sobre los luchadores en los circos romanos que analiza Nestor F. Marqués en ‘Gladiadores, espectáculos y ocio en la antigua Roma’, que asegura que “ninguna película ha sido fiel nunca a la verdadera historia” de estos luchadores, aunque «tampoco hace falta».
El escritor segoviano ha explicado a EFE que lo que ha hecho es “un recorrido histórico y riguroso” fruto de su pasión por todo lo relacionado con el Imperio romano, que, en su caso, nace “de ver el acueducto desde pequeñito”, y preguntarse siempre cómo podría profundizar más aún en la historia de Roma.
A través de una rigurosa ficción narrativa, el autor presenta los espectáculos de la antigua Roma en un momento muy concreto de su historia, el reinado del emperador Domiciano, permitiendo al lector pasar una semana en el año 96 después de Cristo, todo ello unido a recreaciones 3D que dan vida a los espacios del libro.
Publicado por Espasa, en sus páginas explora cómo los combates de gladiadores, carreras y otros eventos públicos reflejaban el poder y la cultura de Roma, “eventos que se daban en todo el Imperio”, de modo que Itálica, en Sevilla, o Mérida eran parte de estas prácticas, aunque el autor se ha centrado en la capital romana para situar al lector.
Inspiración desde muy niño
“Yo quería ser arqueólogo de pequeño, y es verdad que eso que se piensa entonces se le pasa a casi todo el mundo, y quedamos unos cuantos locos que nos nos apasiona esto”, explica el autor, que cree que lo importante “es que a todo el mundo le quede ese poso de curiosidad” para meterse a investigar lo que le gusta, lo que él lleva haciendo en los últimos 12 años.
Recuerda cómo le impactaba de niño ver a diario el acueducto segoviano, aunque “en realidad, de la Segovia romana nos queda solo eso a la vista”, pero ese inmenso monumento le hizo “descubrir cosas nuevas, porque la profundidad que tiene todo esto es increíble”.
Por eso un tema como el de los gladiadores es tan interesante, porque “es, entre comillas, tan conocido que todo el mundo al menos ha oído hablar de ello”, y le parecía muy importante que se “buceara un poco en las profundidades y que se llegara a ver dónde está la realidad”.
“Lo que ocurre con los temas que se conocen más es que se conocen mal normalmente, y hay una tradición que lo distorsiona todo y realmente hay que intentar ver cómo era de verdad”, recuerda, y señala que «los espectáculos de la antigua Roma muchas veces no se han representado del todo bien”.

¿’Ben-Hur’ o ‘Gladiator’?
¿Se acerca más a la realidad ‘Ben-Hur’ o ‘Gladiator’? Ninguna, afirma, aunque “el cine no necesita rigor, no lo pide, y no lo da porque realmente es ficción”, aunque sí que es cierto que hay unos asesores históricos “y que puedes tener ahí a Ridley Scott diciendo que él es totalmente riguroso, lo cual no es cierto, pero no importa”.
Afirma que cuando ve una película de romanos “se desactiva al historiador” para no agobiarse, porque el cine “no está ahí para sacar fallos, sino para disfrutar también un poco de la ficción”, y sostiene que le apasionan películas como ‘Gladiator’, aunque si se tiene que quedar con una obra que refleje bien lo que los romanos supusieron para la historia, no duda al señalar que esa es ‘La vida de Brian’, la comedia estrenada en 1979 por el grupo de comedia inglés Monty Python.
Ni todos morían ni el césar usaba el pulgar
El autor del libro desmonta algunos de los mitos que han llegado a nuestros días desde el Impero romano. El primero, el que afirma “que todos que los gladiadores siempre morían en la arena” y que eran luchas casi desordenadas, cuando “en realidad, los combates tenían árbitros y normas, y no se pretendía que los gladiadores murieran”.
“Lo que se pretendía era un combate de habilidad, un combate en el que los luchadores demostraran valor y realmente la sangre formaba parte de ello, pero no de una forma principal”, de modo que más o menos un 10 o 15 % de los combates sí acababan en la ejecución del gladiador.
Otra cosa es el pulgar hacia arriba o hacia abajo del césar. “No sabemos qué gestos se utilizaban en la antigua Roma para decretar esa muerte del gladiador, pero imagina que estás a 50 metros de altura en el gallinero del Coliseo. Nadie vería el gesto desde la arena, de modo que es más lógico que tuviese el brazo hacia arriba para salvarle o hacia abajo para pedir la muerte”.
Por último, nada de ‘Ave, César, los que van a morir te saludan’. “En toda la historia de la antigua Roma dijo un gladiador jamás esta frase que vemos en todas las películas”, una frase, documentada, que dijeron una única vez “unos condenados a muerte cuando iban a hacer una batalla naval”.
A lo largo de las páginas del libro se narra todo lo más claro y documentado posible, cumpliendo el deseo de Nestor F. Marqués de aplicar su “superpoder de viajar en el tiempo”, y “descubrir la historia que sucedió realmente” en el Imperio romano y no la que siempre han contado. EFE