Fermín Cabanillas I Madrid, (EFE).- Una provincia cuyo sector turístico “sonríe a quien la visita”, y con un “nivelazo” en su oferta en los 106 municipios de su territorio, así se ha mostrado Sevilla hoy en la Feria Internacional del Turismo (Fitur) en Madrid, dándolo todo con la idea de “tener identidad propia, sin competir con nadie”.
Esa idea la ha enfatizado el presidente de la Diputación sevillana, Javier Fernández, después de que afirmase que monumentos como la Giralda “no sonríen”, sino que “eso lo hace la gente del turismo. “Por supuesto que sonríe”, le contestaba esta mañana desde el Ayuntamiento el gerente de Contursa, Congresos y Turismo de Sevilla, Antonio Castaño, en su estand de Fitur, mientras presentaba una ruta para consumir altramuces.
“Ya aclaré que tanto la Plaza de España, el Alcázar, la Giralda.., son monumentos maravillosos, pero que el que le tiene que poner humanidad a eso, sin duda alguna, es todo ese sector de trabajadores y trabajadoras del turismo”, dice Fernández a EFE, y destaca que esas caras del turismo son, en gran parte, “las que han ayudado a que hoy en Sevilla tengamos cuatro millones de turistas”.
Polémicas sonrientes aparte, el espacio de la provincia de Sevilla en la feria madrileña ha vuelto a tener este jueves una actividad frenética, con la presencia, entre otras personalidades, de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que, en su visita a este foro turístico, ha querido apoyar con su presencia a su provincia natal.
Tradiciones, cultura, naturaleza…
Y lo hacía mientras los pueblos de la provincia iban presentando su oferta en el escenario, intentando convencer al visitante de que tiene que disfrutar, por ejemplo, de la ceremonia de Toro Nagashi, una tradición japonesa para velar por las almas y desear la paz en el mundo que solo se celebra, fuera de Japón, en Coria del Río, y siempre con alguien nacido en el país oriental como testigo.
“Tiene el atractivo de celebrarse en el estuario del Guadalquivir a su paso por Coria, que es salvaje, que es el cauce vivo del río”, dice su alcalde, Modesto González, feliz de acoger cada 15 de agosto “una tradición cultural de Japón desde hace más de 500 años”.
La naturaleza también pasa por la oferta de Aznalcázar, corazón de Doñana en Sevilla: “vivimos en un paraíso, no todo el mundo puede decir lo mismo”, presume su alcaldesa, Manuela Cabello, que pone una cifra contundente sobre la mesa: “los 450 kilómetros cuadrados del término municipal tienen una figura de protección ambiental y son una joya en sí mismos”.
Otro municipio, como Gelves, esgrime también la alegría por delante. “Es un pueblo que sonríe. Imagínatelo y ven a verlo”, explica su alcaldesa, Isabel Herrera, que gestiona, entre otros recursos, el segundo puerto fluvial más importante de Europa en el lugar que vio nacer a Joselito el Gallo y tiene una iglesia barroca que corona el pueblo en su zona más alta.
Nivelazo y unidad
Y para que la oferta sea completa, en Alcalá de Guadaíra, el tercer pueblo en habitantes de la provincia, apuestan por la cultura, “con más de 150 citas distintas este año”, defiende su alcaldesa, Ana Isabel Jiménez, que cifra en más de 80.000 la cantidad de personas que pasaron en 2024 por sus actividades culturales. “La cultura es turismo, y todo redunda en mejorar la economía de Alcalá”, concluye.
Con todo, el vicepresidente de Prodetur-Turismo de la Provincia de Sevilla, Rodrigo Rodríguez Hans, esgrime el término “nivelazo” para resumir lo que su provincia oferta los 365 días del año. Lo dice desde el bagaje que le da ser alcalde de Cañada Rosal, una localidad de algo menos de 6.000 habitantes, uno de esos municipios que pelea a diario por mostrar algo distinto al visitante y mantener su calidad de vida local.
Rodríguez Hans llama a las istraciones a “remar en la misma dirección en temas tan importantes como el turismo, dejando a un lado las diferencias”, y recuerda que se está “hablando de las cosas del comer”, del 20 % del PIB de la provincia. “Lo que queda por delante y lo que se está cerrando en este Fitur para 2025 todavía nos va a traer muchas más alegrías”, concluye. EFE