oneladas del alga asiática invasora Rugulopterix okamurae, que han sido recogidas en las playas de Tarifa, son almacenadas junto a la depuradora en una zona verde en Tarifa (Cádiz). EFE/ A. Carrasco Ragel

Las mil y una vidas (por vivir) del alga asiática invasora

Algeciras (Cádiz), (EFE).- La acumulación en el litoral gaditano de decenas de miles de toneladas del alga asiática invasora Rugulopteryx Okamurae continúa siendo un problema sin resolver, mientras investigadores y empresas siguen ofreciendo posibles soluciones que no terminan de llegar por la falta de entendimiento entre las istraciones.

El asunto, de un grave impacto medioambiental, turístico y económico en la zona, vuelve esta semana a ponerse de actualidad tras el ofrecimiento que una empresa valenciana ha hecho al Ayuntamiento de Tarifa para, a través de un biorreactor, convertir en energía el arribazón incontrolado.

Una propuesta que arroja luz a una difícil situación en el municipio gaditano, que esta semana ha sido noticia por acumular unas 40.000 toneladas de alga asiática junto a la estación depuradora de aguas residuales, sin poder asumir económicamente el coste del transporte para su destrucción en un vertedero.

Biorreactor

La solución que ofrece la empresa valenciana Poplac es un biorreactor que utiliza la materia orgánica para convertirla en metano y extrae el metano para acabar creando energía, que puede servir de autoconsumo. El Ayuntamiento probará en los próximos días el funcionamiento de una planta piloto, pero es consciente de que esta solución a futuro supondría un coste importante, que se suma al de la extracción en las playas en un municipio que en sólo dos semanas de verano recogió 11.500 toneladas el pasado año.

El teniente de alcalde de Tarifa y responsable del área de Desarrollo Sostenible, Jorge Benítez, ve con optimismo la solución técnica, pero lamenta la falta de apoyo de las istraciones. “Es una catástrofe medioambiental para un ayuntamiento, como si el Prestige se lo hubiésemos dejado a los municipios”, explica.

“Aquí no viene nadie”, lamenta, al tiempo que culpa al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del estancamiento del problema por no autorizar la comercialización del alga como vía de salida a posibles soluciones. “Es una pena que las istraciones no hagan nada, que son las que tienen que abrir la puerta a la valorización. La istración no deja comercializarla”, relata el teniente de alcalde.

Posibles usos

Desde que en 2016 fuera detectada por primera vez en Ceuta, el alga Rugulopteryx Okamurae se ha ido expandiendo por los fondos rocosos del Estrecho arrinconando a especies autóctonas (como el erizo o la lapa) hasta crear un manto en todo el litoral, con especial impacto en la costa gaditana.

alga asiática
Toneladas del alga asiática invasora Rugulopterix okamurae, que han sido recogidas en las playas de Tarifa, son almacenadas junto a la depuradora en una zona verde en Tarifa (Cádiz). EFE/ A. Carrasco Ragel

Desde entonces, se han sucedido muchas las investigaciones que han proporcionado posibles usos que permitan convertir la tragedia ambiental en una oportunidad de economía circular.

Una de estas iniciativas es la que encabeza desde hace años en Tarifa el docente y activista ambiental Antonio Vegara, que lidera en el centro de educación de adultos tarifeño un proyecto emprendedor para la transformación del alga invasora en productos cosméticos.

El trabajo de este investigador se centra en “encontrar la viabilidad de estos usos, que están más que demostrados”. Pero tiene claro también el papel que debe jugar la istración: “que no crea que todo va a salir de la actividad personal o privada. Ellos se tienen que pringar porque limpiar la playa hay que limpiarla, y pueden tirar el dinero limpiando y enterrando algas o invirtiendo en el futuro aprovechando estas iniciativas”.

La creación de biocombustibles y fertilizantes es otro de los usos para los que se plantea. Se trata de un proyecto de investigación del departamento de Tecnologías del Medio Ambiente de la facultad de Puerto Real (Cádiz), que en 2021 obtuvo el premio I+D+i de la Fundación Campus Tecnológico de Algeciras.

Bioetanol de alga asiática

En concreto, plantean la obtención, a partir de los residuos del alga, de bioetanol, un biocombustible de alto valor añadido de uso en automoción o como alimentación para pilas de combustible de biohidrógeno, así como la producción en paralelo de un biofertilizante de uso agrícola para el sector primario.

Fabricar ladrillos para la construcción es otro de los usos que plantea una empresa emergente integrada en la Incubadora de Alta Tecnología en Economía Azul de la Zona Franca de Cádiz, Incubazul. Bajo el nombre de Bombus, el proyecto plantea crear biomaterial de edificación con el alga invasora para hacer bloques aligerados para aislamiento térmico y encerramiento, además de adobe.

Los posibles usos han apuntado incluso a la medicina, a partir de un trabajo del grupo de investigación de Neurodegeneración y Neuroprotección de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz, mediante el cual se están evaluando las sustancias bioactivas de la Rugulopteryx okamurae como fuente de compuestos neuro-farmacológicos para la prevención y el tratamiento de procesos neuroinflamatorios.

Usos todos planteados como certezas científicas, pero que siguen sin ser una solución actual a un problema que continúa creciendo en las costas ante la falta de entendimiento entre las istraciones.

Desde el Ayuntamiento de Tarifa, Jorge Benítez sentencia: “los científicos han hecho su trabajo y lo han hecho muy bien. Ahora es el turno de la istración. No entendemos por qué esa pasividad”. EFE