Fermín Cabanillas I Sevilla, (EFE).- La comediante, actriz y presentadora colombiana Alejandra Azcárate llega este jueves a Sevilla como parte de la gira que la lleva por varios escenarios europeos, con su particular análisis de las relaciones humanas, y provocando “dos horas de risa, el bálsamo que nos ayuda a desconectar”.
Lo explica en una entrevista con EFE antes de actuar en un teatro que tiene las entradas agotadas para verla, en una parada de su tercera gira por España, a donde ha llegado desde Ámsterdam, Colonia y Zúrich, y antes de partir hacia Tenerife, Madrid, Málaga, París, Barcelona y Bilbao.
Su espectáculo, ‘Lo que se permite, se repite’, se define como “un monólogo muy íntimo, confrontador, reflexivo y sarcástico”, donde toca “temáticas muy cotidianas, sobre todo de las relaciones interpersonales, de pareja, en torno al poder de la verdad que todos tenemos, pues una percepción muy personal”.
Añade que «parte de los errores principales en esas relaciones íntimas termina siendo el creernos los dueños de la verdad y por ende pensar que siempre tenemos la razón”, y expresa en el escenario “un lenguaje muy universal”, que es “de muy fácil digestión mental en temas lingüísticos y de contenido”.
“Una necesidad humana”
Y todo, provocando la risa en el espectador, que se podría pensar que se ha convertido en algo más buscado tras la pandemia, pero Alejandra Azcárate cree que “es una necesidad humana”, porque “antes y después de la pandemia no hay nada más sano que entretenernos y divertirnos”.
«Cuando yo salgo al teatro le pido a Dios y a la vida que me dé la posibilidad de ofrecerle al público lo mejor, porque yo desconozco las necesidades de los espectadores”, dice al señalar cómo el público puede tener distintas inquietudes o problemas a la hora de sentarse frente a ella, porque no sabe “si van buscando una respuesta o simplemente dispersión, o si les dieron un mal diagnóstico o si están gestionando mal un divorcio”.
Pero todas las personas que acuden a su espectáculo buscan “el bálsamo que implica la risa”, con una forma de afrontar su monólogo que llega al público en cualquier lugar del mundo. “Los seres humanos como tal vivimos situaciones muy parecidas en el plano sentimental”, apostilla.
Los límites del humor
Azcárate considera «que en el humor se puede hablar de todo dependiendo de cómo se haga”, aunque ella misma se marca un límite, que cree que se debe llevar a cualquier comediante, un límite “que se establece cuando se toca el territorio del delito”.
“Que a mí me parezca chistoso decir algo puedo hacerlo porque estoy en libertad de expresión, pero yo no puedo afirmar que alguien es un violador, un narcotraficante, un asesino en serie, ni incitar al delito, excepto que tenga pruebas”, un punto en el que, detalla, “que se pisa un terreno muy delicado y es un hilo casi que invisible”.
Y con todos esos argumentos vuelve a España en su tercera gira por el país, donde cuenta “con esa bondad por parte del público”, exponiendo “un trabajo muy labrado, de mucha disciplina y muchos años”, y considera “un acto de bondad que la gente tenga la curiosidad por pagar una boleta y ver lo que hago”.
La vida profesional de Azcárate está llena de hitos, entre otros haber sido la primera mujer artista extranjera comediante en ganar dos gaviotas de plata y de oro en el festival Viña del Mar, en 2018, y como actriz ha participado en obras como ‘En los tacones de Eva’ (2006), ‘El último matrimonio feliz’ (2008), ‘Amor en custodia’ (2009), ‘Pobres Ricos’ y ‘Las Santísimas’ (2012), ‘Diomedes, el cacique de la junta’ (2015), ‘Mujeres Asesinas’ (2016), entre otras producciones.
En 2021, la plataforma Netflix estrenó ‘La Azcárate de frente’, en el que habla sobre la cotidianidad, relaciones interpersonales, amor, edad y sexo, y cada día da un paso más en una carrera que en estos días llega a España, para encontrarse con un público fiel que ya ha colgado el cartel de “no hay billetes” en varios escenarios. EFE