Zaragoza (EFE).- El fotoperiodista ganador del premio Pulitzer 2013 Manu Brabo ha recogido en Zaragoza este viernes el Premio Fotoperiodistas de Aragón 2024 por su trabajo ‘No es país para el amor’, una recopilación de fotografías del conflicto ucraniano, donde el autor ha reflejado el horror de una guerra en un momento donde el fotoperiodismo es «más necesario que nunca».
Mientras la Inteligencia Artificial amenaza con la creación de imágenes falsas, y donde cada persona tiene un teléfono y cámara en su mano, el fotoperiodismo emerge como esa parte «menos contaminada» del periodismo clásico.
«Es el álamo del periodismo, su resistencia», ha descrito el premiado durante la entrega del galardón, que ha calificado «la dirección que está tomando la geopolítica planetaria» como digna de un «libro de historia».
«No pretendía ser un trabajo de largo recorrido», ha explicado Brabo. Sin embargo, su presencia en el país ucraniano se ha extendido una década. «Llevo más de 15 años cubriendo conflictos y no había visto nunca una guerra con esta ambición napoleónica, de apropiación del territorio, de negación de la cultura, de exterminio», ha descrito el fotoperiodista, que ha podido ver de primera mano este intento de aniquilación.

Excelencia técnica
Su trabajo, según el jurado, no solo muestra una excelencia técnica, sino una «mezcla de crudeza y delicadeza» que pone especial énfasis en la población civil. «Si el objetivo de un buen trabajo fotoperiodístico es conseguir que las personas nos hagamos preguntas, sin duda este trabajo lo consigue», ha afirmado el presidente de la Asociación Profesional de Fotoperiodistas de Aragón, Javier Cebollada, encargado de leer el fallo del jurado de esta segunda edición.
«En el infierno puede hacer mucho calor, pero nadie ha dicho que sea feo», ha descrito el autor de las fotografías, que siempre intenta «hablar a través de la fotografía» tomando como referencia pintores del Barroco. «Mis fotógrafos favoritos se llaman Velázquez, Caravaggio, Spagnoletto», ha añadido.
Entre las imágenes más significativas destaca una fotografía en la que una pareja se casa en mitad de un paisaje devastado. «Aunque la guerra lo arrase todo, el amor permanece incluso donde parece que no puede existir», ha descrito Brabo, que también cree necesario «dar aire» al relato con estos momentos porque «la vida sigue, los niños nacen y nadie con delirios de grandeza va a conseguir parar eso», ha concluido.
El premio accésit fue para el fotoperiodista Diego Ibarra, otro aragonés de largo recorrido internacional, por su cobertura sobre el conflicto de Hezbolá, un proyecto desarrollado a lo largo de varios años, con a zonas y situaciones de extrema dificultad, que demuestra –en palabras del jurado– «la capacidad de extraer imágenes tan bellas como representativas» en conflictos tan complejos como este.
Ambos trabajos serán expuestos a partir de este viernes en la sala de exposiciones que Caja Rural tiene en la calle Canfranc número 22 de Zaragoza hasta el mes de julio.