La Audiencia de Las Palmas prosigue el juicio ante Jurado contra un hombre para el que se piden 15 años de cárcel, acusado de haber matado a su pareja en Gáldar (Gran Canaria) en la Navidad de 2020 y de haber quemado su cadáver. En la imagen, el acusado durante la primera jornada del juicio. EFE/Quique Curbelo

El acusado de matar a Mariam asegura que tenía «mucha rabia» pero niega que fuera planeado

Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- Manuel Ramón C.G. ha dicho este miércoles al Tribunal del Jurado de la Audiencia de Las Palmas que le juzga como presunto autor de la muerte de su pareja la Navidad de 2020 en Gáldar (Gran Canaria) que no la golpeó, que fue accidental y que estaba «lleno de ira y de rabia» en ese momento.

Durante el interrogatorio, que se alargó casi una hora, el hombre ha negado que mantuviera una relación sentimental con la víctima, María de los Ángeles Ibarlucea Echave, conocida como Mariam y de 66 años, sino que únicamente le daba «cariño porque estaba falta de él» y quería «ayudarla».

En relación a las supuestas cartas y mensajes de amor dedicados a la víctima que se hallaron en un cuaderno del acusado, ha dicho que le gustaba escribir poesía y que las canciones que aparecen en esas hojas «las escribía porque las escuchaba en un altavoz, no estaban dedicadas a Mariam».

«Puede que ella lo haya percibido de esa manera, pero yo lo hice con la mejor intención, no para enamorarla. Eran un detalle, cuando uno flaquea en cuestiones de afecto, pues cualquier cosa ayuda. Es verdad que yo percibía que ella quería algo más de la relación y yo le dije que no era una persona de fiar, que he tenido una vida muy dura y no podía ofrecerle nada a nadie», ha explicado a preguntas del fiscal Jesús Lomba.

Peticiones

La Fiscalía y la acusación popular ejercida por el Instituto Canario de Igualdad creen que Manuel Ramón es autor de un delito de homicidio con las agravantes de parentesco y género y de otro de profanación del cadáver, mientras que la familia de Mariam le considera autor de asesinato machista; no así la defensa, que pide sea condenado por homicidio pero con atenuantes de arrebato, confesión y actuar bajo los efectos del alcohol.

Sobre el consumo de alcohol o drogas, el acusado ha indicado en el juicio que sí que consumía crac, heroína y bebidas y que gastaba hasta 20 euros diarios en ello, pero que no lo había referido antes en la instrucción o en conversaciones con las médicos forenses porque le daba «vergüenza» y quería evitarle más «disgustos» a su familia.

Precisamente, el fiscal le ha preguntado por los cambios de versión que ha tenido durante el procedimiento, entre ellos ese consumo de alcohol y drogas o cómo actuó tras la discusión que mantuvo con Mariam y que acabó con ella muerta. «Hay que quedarse con todas las versiones», le ha respondido.

Imagen de archivo del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas contra un hombre acusado de haber matado a su pareja en Gáldar (Gran Canaria) en la Navidad de 2020 y de haber quemado su cadáver. Un testigo ha asegurado este martes al Jurado que el procesado planificó su muerte porque sabía que tenía dinero y que "no hay duda" de la relación sentimental que mantenían. EFE/Quique Curbelo
Imagen de archivo del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas contra un hombre acusado de haber matado a su pareja en Gáldar (Gran Canaria) en la Navidad de 2020 y de haber quemado su cadáver. Un testigo ha asegurado este martes al Jurado que el procesado planificó su muerte porque sabía que tenía dinero y que «no hay duda» de la relación sentimental que mantenían. EFE/Quique Curbelo

«Estaba tan nervioso que la puse en la pared, la intenté reanimar, la puse en la silla, la dejé en el suelo… Intenté ayudarla de alguna manera, pero no me puedo acordar de todo lo que hice», ha relatado ante el tribunal para después agregar que no llegó a saber si estaba viva o muerta hasta que se dio cuenta que estaba rígida.

Se golpeó la cabeza sin querer

Según su versión, estaba discutiendo con la víctima por el estado de suciedad de la infravivienda en la que convivían, en un descampado galdense próximo al paseo de los Guanartemes, cuando Mariam empezó a tirarle cosas y a proferirle «300 insultos por segundo».

Entonces, él quiso alejarla de él y la empujó, trastabilleando esta en los enseres que había esparcidos en la estancia, enredándose con una cortina y cayendo sobre una mesa de cristal en la que chocó la nuca: «Fue todo accidental, yo no la golpeé en ningún momento y no sé lo que quiere usted conseguir», le ha llegado a reprochar al fiscal.

El hombre estuvo varias horas, según ha referido, limpiando y ordenando el habitáculo y llevando enseres al exterior, que posteriormente prendió fuego, y mientras, hablaba con la fallecida y le llegó a decir que él iría a la cárcel, pero que ella se quedaba ahí con «su tesoro», en referencia a la basura y la chabola.

«Aquello empezó a arder, yo entraba para dentro y le decía que se levantara, pero no lo hacía, y en un arrebato, yo la arrojé envuelta en una manta cuando las llamas ya llegaban al techo», ha contado.

Sobre ese supuesto arrebato, una de las atenuantes que aprecia su defensa, ha expresado que hasta la fecha no ha llegado hasta el límite de perder la conciencia o de llegar a un punto de no retorno, al tiempo que ha detallado que ha ido a centros de rehabilitación que le han servido para detectar que, al ver determinadas situaciones, lo mejor es que se vaya del lugar, pero que en esta ocasión no pudo hacerlo.

Facultades «conservadas en ese momento»

El fiscal, tras escuchar el testimonio de Manuel Ramón C.G. ha aportado al tribunal la declaración que hizo el acusado en el juzgado de Santa María de Guía durante la instrucción de los hechos al apreciar «contradicciones importantes entre ambas».

Antes de la declaración del acusado, testificaron varios peritos, entre ellos las médicas forenses que realizaron el informe de imputabilidad del hombre y dos psicólogos especializados en judicial que realizaron un estudio a petición de la defensa.

Mientras que las primeras han concluido que Manuel Ramón tenía sus facultades cognitivas y volitivas «conservadas en ese momento» y que descartan la posibilidad de que actuara bajo un arrebato en términos médicos y legales, los segundos han destacado que tiene alterada «la manera de conducirse» en determinadas situaciones en las que habla de no poder controlarse.

«La cuestión que nos planteamos es la voluntad para cometer los hechos, situaciones altamente impactantes en la infancia y la adolescencia que han hecho que pierda la capacidad de control», han señalado los psicólogos propuestos por la defensa.

Sin embargo, para las forenses no existe ningún hecho en sus conversaciones con el acusado que les haya indicado que perdiera la conexión con la realidad o que existiera algún deterioro cognitivo o volitivo en sus capacidades.

El juicio continuará este jueves con los informes finales y se entregará al Jurado el objeto de veredicto para su estudio y consideración. EFE