Cristina Magdaleno
Santa Cruz de Tenerife (EFE).- El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha escenificado este martes en el Parlamento autonómico su viaje, al menos dialéctico, a la centralidad del tablero político, con un discurso durante el debate del estado de la nacionalidad con el que buscó erigirse como representante del «modo canario» de hacer política, un modo que consiste, según expresó, en conseguir las cosas «más rápido y mejor, sin ruidos ni bronca».
Respecto a estas intenciones y sobre el fondo de sus políticas, la oposición, especialmente PSOE y Nueva Canarias, tiene sus dudas en cuanto a la aparente centralidad de Clavijo, y se mostraron escépticos ante un discurso que calificaron como «increíble», por falta de credibilidad, y «lleno de lugares comunes».
Entre las críticas hacia esa supuesta moderación, una principal por parte de PSOE y NC: que una de sus primeras medidas al llegar al Gobierno haya sido la bonificación al 99,9 % del impuesto sobre sucesiones y donaciones en la comunidad autónoma, una medida que beneficia a quienes aumenten su patrimonio en más de 300.000 euros, ya que por debajo de esa cifra la bonificación ya existía.
En cualquier caso, este viaje al centro no deja de ser más que la consecuencia de un premio, el que otorgan el sistema electoral canario y su trayectoria histórica, a quien queda segundo y, por tanto, puede elegir, a izquierda y derecha, con quién bailar durante los siguientes cuatro años.
Esta ha sido la tónica habitual de la política canaria en las últimas décadas, salvo en la pasada legislatura, cuando la primera fuerza en votos, el PSOE, logró conformar gobierno con partidos minoritarios de similar espectro político.
Pero hay quien recuerda cuando, no hace tanto tiempo, algunas decisiones del propio Fernando Clavijo escoraron a su partido a la derecha, tras romper Gobierno a finales de 2016 con el PSOE y terminar la legislatura aprobando varias cuentas autonómicas de la mano del PP.
Tras aquellas dos legislaturas complicadas, primero de gobierno en minoría y en solitario y luego de dura oposición tanto regional como al Gobierno de Pedro Sánchez, una lección extraída de aquella pérdida sin precedentes de poder institucional para CC: por qué elegir izquierda o derecha cuando te pueden servir las dos.
Y es en esa tesitura en la que se encuentra ahora Coalición Canaria y que ha escenificado hoy Fernando Clavijo en el debate del estado de la nacionalidad: con un pacto de legislatura a nivel nacional con el PSOE -que ha tenido que pasar de hacerle cordón sanitario en buena parte de las instituciones canarias a formalizar un pacto venido desde arriba con CC en La Laguna- y un acuerdo de gobierno con el PP a nivel autonómico.
En suma, una situación que desactiva y desdibuja a la oposición socialista a nivel regional -su secretario general y candidato a la Presidencia, Ángel Víctor Torres, ni siquiera puede intervenir en el debate porque dejó de ser diputado autonómico para ser ministro- y una compañía de gobierno, encabezada por el PP, a la que no le queda más remedio que aceptar los acuerdos de su socio con el PSOE, lo que ya en algunas ocasiones ha suscitado cuestiones sobre la salud del pacto.
El caso es que en el centro, según las nuevas tesis, hay más juego, y de ahí la necesidad de acuñar ese «modo canario», aprendido quizás tras esos cuatro años de travesía en el desierto, y que, entre otras cosas, han derivado en que hoy el presidente canario haya preferido no hacer mención al ‘caso Koldo’ o a la gestión sanitaria de la compra de mascarillas que salpica al PSOE a nivel nacional y regional. Esto le ha valido la única crítica que el PP le ha realizado a su discurso.
Y tras esa omisión, una promesa: la de ser dialogante en los asuntos de importancia para Canarias, como el reto demográfico, la inmigración o las propuestas para mejorar la productividad. EFE