El pianista cubano Chucho Valdés (i) hace declaraciones a los medios tras ser recibido por el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez (d), con motivo de su actuación en Festival Internacional Canarias Jazz & Más. EFE/Miguel Barreto

Chucho Valdés repasa los 50 años de Irakere y advierte: «No me canso, quiero hacer cosas nuevas»

Santa Cruz de Tenerife (EFE).- El pianista cubano Chucho Valdés, que inicia este viernes su gira europea en Canarias con tres citas (Tenerife, Lanzarote y Gran Canaria), repasará los 50 años de Irakere, la banda que cambió el jazz latino, y con la advertencia de que, a sus 82 años, «no se cansa», sino que tiene más deseo de hacer cosas nuevas, como un disco sinfónico para el que tiene partituras, a falta de una orquesta.

«El año que viene cumpliré 80 años arriba del piano, porque empecé a los tres. Y en vez de cansarme tengo más deseo, porque el arte te alimenta y es como una espiral sin fin, siempre hay cosas nuevas y en la música ocurre lo mismo», ha declarado.

Con 14 ‘Grammys’ a sus espaldas, Valdés ha hecho este viernes, en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, un repaso en rueda de prensa por sus actuaciones en Canarias, y ha explicado la propuesta musical para los conciertos de esta gira que tendrán lugar dentro del Festival Canarias Jazz & Más, y que contará con una primera parte instrumental y una segunda «bailable».

La idea, ha ahondado, es hacer un tributo a Irakere, una de sus primeras bandas y que «cambió el curso y fue un nuevo punto de partida y un nuevo camino para la música cubana».

«Su influencia se mantiene en las nuevas generaciones y ha sido la casa de grandes músicos cubanos como Paquito D’Rivera o Arturo Sandoval. Irakere ha hecho historia y está reconocida como la banda de jazz más influyente en la segunda mitad del siglo XX», ha dicho el músico cubano, que ha avanzado que esta vez le acompaña una nueva generación de músicos jóvenes que aprendieron y estudiaron la música de Irakere pero que están «emocionados» de hacer su aportación.

Valdés ha insistido que las citas con el público serán «espectaculares» porque la banda «está tremenda».

Acompañan al piano de Valdés su hijo Julián, a la percusión; José A. Gola, en el bajo eléctrico y acústico; Horacio Hernández, a la batería; Roberto Jr. Vizcaíno Torre, en percusión; Eddie de Armas Jr. y Osvaldo Fleites a la trompeta; Luis Beltrán y Carlos Averhoff Jr. en el saxo; y Ramón Álvarez, vocalista.

Así, Chucho Valdés ha recordado las raíces compartidas con la música española y africana, pues a lo largo de su carrera se ha alimentado de otros ritmos porque «quien no crece, se estanca», ha aseverado.

Para el pianista, el repertorio que presentará demostrará que sus sonidos no se han quedado en el pasado sino que han seguido evolucionando, si bien habrá espacios para clásicos como «Bacalao con pan», que, según ha dicho, «lo piden como si estuviese recién hecho».

Valdés se ha mostrado orgulloso del talento joven que le acompaña en esta nueva andadura, y ha dicho que, pese a su juventud, los músicos quieren trabajar con él y esto le ayuda a generar nuevas ideas, ritmos y experiencias en un ejercicio «de retroalimentación».

Preguntado por los nuevos sonidos caribeños y la eclosión del trap y el reggaeton, ha reconocido venir de otra generación y que, aunque hay muchas cosas que le gustan, otras le «hieren el oído».

«No me interesa lo fácil hecho para vender, porque a veces no hay profundidad o contenido, y a veces los textos son muy ofensivos con unas cosas que se dicen que… no», ha reflexionado el pianista.

En su opinión, los mejores músicos son «los que más terreno abarcan» y ha señalado que cuando no está enfrascado en la fusión jazz está experimentando en el clásico o con el piano, pues cuenta con «muchos caminos y registros», tal y como le enseñó su padre, Bebo Valdés, ha ahondado.

Sobre su próximo proyecto, que se llamará «Chucho sinfónico» ha afirmado tener escrita la música y está «esperando un lugar y una orquesta», para lo que el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, le ha dicho: «Aquí tenemos una sinfónica magnífica».

Además, Chucho Valdés ha señalado que está agradecido a la vida por la influencia que ejercieron en él sus padres, y en especial Bebo, «que más que un padre era un maestro, un amigo, un guía. Parecíamos hermanos», ha rememorado.

Por último, ha insistido en que concibe la música como algo «interminable», que genera ilusión, y ha apuntado que cuando se pierde eso, «es el fin». «Tengo muchas cosas en mente. Psicológicamente mi edad es de 16 años», ha concluido entre risas. EFE