Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- Un estudio publicado en una de las revistas del grupo ‘Nature’ avala que los procedimientos que ha puesto en marcha el Jugado de Violencia sobre la Infancia de Las Palmas de Gran Canaria, el primero de España especializado en la materia, mantienen bajo control los niveles de estrés que sufren los niños cuando son llamados a declarar sobre su caso.
La revista «Humanities & Social Sciences Communications» publica un trabajo de los investigadores José M. Rodríguez Pellejero, Itahisa Mulero Henríquez y Zaida Santana Amador, todos ellos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (UGPC), con los resultados del seguimiento realizado a 42 niños y niñas que han pasado por ese juzgado, abierto a modo de prueba para ensayar nuevas formas de proceder con los menores que sirvan luego en el resto de España.
El Juzgado de Violencia sobre la Infancia de Las Palmas de Gran Canaria, al cargo del magistrado Tomás Martín, no solo ha sido dotado con instalaciones más amigables para los niños que procuran ofrecerles un entorno menos «hostil», sino que, además, ha puesto en práctica procedimientos de instrucción que procuran no «revictimizar».
Para ello, cuenta con salas donde el niño declara sin ver al resto de partes presentes en ese trámite procesal (Gesell) y coordina a todas para que, si es posible, el niño solo tenga que contar lo que le pasó una vez y que ese testimonio se preste con todas las garantías para que tenga valor en un juicio.
El trabajo que ahora se publica se basa en la experiencia de la declaración ante ese juzgado de la capital grancanaria de 42 menores, todos españoles, en su mayoría niñas (tres de cada cuatro) y, principalmente, con edades entre los 11 y los 12,5 años, a los que se vigiló el ritmo cardíaco y se realizaron cuestionarios enfocados a vigilar sus niveles de ansiedad y estrés.
Su conclusión es que declarar en una causa judicial por hechos de los que son víctimas sigue siendo una situación estresante para los menores, incluso si se hace con los niveles de protección que ha puesto en marcha este primer juzgado especializado de España.
Ahora bien, remarcan los autores, los indicadores de estrés medidos a esos niñas y niñas en el Juzgado de Las Palmas de Gran Canaria no llegaron a niveles perjudiciales para su salud.
«Dado que el estrés puede mantenerse en niveles no perjudiciales, nuestro estudio respalda la nueva política judicial europea, que aboga por el establecimiento y funcionamiento de tribunales especializados adaptados a las necesidades de niños y adolescentes. Estos tribunales garantizan un entorno y un lenguaje amigable para los niños que contribuyen a reducir el estrés de los menores víctimas de violencia», apuntan los autores.
Recuerdan, asimismo, que una investigación exhaustiva de un caso penal puede depender de la participación activa de las víctima, por lo que sostienen que «los procedimientos judiciales no deberían basar sus mecanismos de protección en reducir sistemáticamente la participación del niño en el procedimiento».
«En cambio, la atención debería centrarse en brindar justicia procesal y adaptar el entorno y el lenguaje a las necesidades de los niños, haciendo que el procedimiento sea más amigable para ellos. La presente investigación apoya la teoría de que la participación en procesos judiciales no es por necesidad traumática para los menores», concluyen. EFE
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