La Orotava (Tenerife) (EFE).- El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha manifestado este viernes su preocupación por la escolarización de los menores migrantes que tutela el Gobierno canario, unos 6.000, pues esta situación “ha dejado de ser provisional”, requiere de soluciones de fondo, conocer las expectativas vitales de los niños y, en el caso de que falten recursos “que se pongan”, pues España tiene capacidad para ello.
Así se ha expresado Gabilondo este viernes en La Orotava, en declaraciones a los periodistas tras visitar junto a la Diputada del Común, Lola Padrón, y la adjunta al Defensor del Pueblo, Patricia Bárcena, el centro de menores migrantes de Hoya Fría, ubicado en un antiguo columbario en el que conviven 200 niños y adolescentes extranjeros no acompañados, con una capacidad inicial de 50 y en el que los residentes deben hacer turnos para comer, ver la televisión o para recibir cursos de español.
“No digo que no se les esté atendiendo bien, pero toda la estructura que existe es muy probable que no esté pudiendo llegar a todo”, ha reflexionado el Defensor, que ha apuntado que esos problemas podrían ser entendibles si los menores fuesen a pasar en las islas periodos cortos de, por ejemplo, 15 días.
“Pero cuando se ve que esto no es cosa de 15 días, pues hay que pensar en hablar con los chavales”, ha agregado.
En su opinión, “acogida no es lo mismo que recogida” y en algunos casos se podrían buscar salidas por la vía de las acreditaciones para hacer tareas de formación profesional.
También le preocupa, ha aseverado, la documentación de los menores y la gestión de cuestiones como el asilo, pues muchos de ellos, ha recordado, provienen de países como Mali, en situación de guerra y conflicto, donde se pasa hambre.
Así, ha insistido en que todos los actores implicados, incluida su institución, deben hacerlo mejor, y que las comunidades y ciudades autónomas deben sentir que este es un problema que concierne a todos y que no es solo de Canarias.
“Llamo a la corresponsabilidad y a la necesidad de que hagamos conciencia de que este asunto es insostenible que siga así”, ha expresado Gabilondo.
«Yo comprendo que el que está gobernando siempre necesita más recursos… pues que se doten porque esto sí es una urgencia de verdad. Y cuando decimos que son seres humanos, que parece una trivialidad, estamos hablando de derechos humanos, de modo que hace falta un esfuerzo mayor. Los recursos alguien podrá decir que son difíciles, pero yo creo que España tiene posibilidades y debe desarrollar esos derechos”, ha ahondado el Defensor del Pueblo.
Ha apuntado además que coincide con la impresión general de que falta solidaridad, que es fundamental, ha dicho, pero también ha itido que en este tiempo se han visto los límites de la solidaridad, “que se ve que no resuelve todos los problemas como uno cabe esperar”.
En este sentido, ha subrayado la importancia de que exista una modificación legal porque se ha hecho evidente que no se puede sobrellevar el asunto como se está haciendo ahora. “No se le puede pedir a Canarias que haga un esfuerzo para resolver esto por sí sola”.
Sin embargo, Gabilondo ha pedido no poner todas las expectativas en que tocando según qué artículo, en referencia a la modificación de la ley de Extranjería, “se va a resolver todo”.
“En este tema llegamos tarde. A todos nos ha faltado diligencia porque siempre estamos ocupados en asuntos de enorme importancia, pero este es un tema de absolutas prioridades y de derechos humanos”, ha esgrimido Ángel Gabilondo, a la par que ha pedido trabajar más en cooperación internacional y con los países de origen.
Asimismo, ha señalado que le “incomoda mucho” la idea de hablar de “repartos” y ha pedido no emplear esa palabra, pues evoca a mercancías, como si se tuviese que “colocar en estantería cuando son personas, de manera que ha pedido utilizar mejor “reubicación o justicia distributiva”.
El Defensor del Pueblo ha rechazado que por el hecho de que Canarias y España sean frontera de la Unión Europea deba existir un debate entre seguridad y derechos humanos, porque una seguridad sin derechos humanos “no es seguridad sino un polvorín (…) y España no puede ser simplemente guardián de la frontera”.
Por último, Gabilondo ha pedido no «comercializar» con derechos humanos ni que esto se convierta en objeto de transacción política que se utiliza para echar culpas entre unos y otros como un elemento de discordia y confrontación, “de la que ya hay suficiente”, ha concluido. EFE