El músico asturiano Rodrigo Cuevas, en un momento del encuentro que ha mantenido con la prensa en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria con motivo del concierto que ofrece en esta ciudad en su gira 'La Romería'. EFE/Ángel Medina G.

La trasgresión artística y folclórica de Rodrigo Cuevas llega al Alfredo Kraus

Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- Este viernes el Auditorio Alfredo Kraus estará más trasgresor que nunca al acoger la actuación de Rodrigo Cuevas, artista que fusiona la música tradicional, el folclore asturiano y ritmos modernos, como la electrónica o el reguetón, en unos conciertos donde el humor y la performance son parte del espectáculo.

«Lo que hacemos es un desparpajo. Un tirarnos por el suelo, revolcarnos. Vamos a ver si no producimos muchas lesiones en lo que vienen siendo los meniscos, que es lo que más se lesiona la gente, o ligamentos cruzados, que también suele haber mucha lesión; y el suelo pélvico lo vamos a trabajar bastante», ha confesado el músico en un encuentro con los medios en Las Palmas de Gran Canaria.

El espectáculo tiene lugar a las 20.00 horas después de haber pasado ya por el Festival Boreal de Tenerife y por Lanzarote como parte de su gira ‘La Romería’ que lo llevará a Fuerteventura el próximo 27 de octubre, en la que ha sido su primera vez actuando en Canarias.

Cuevas tocará las canciones de su último disco, ‘Manual de Romería’, junto a los cuatro músicos que forman la banda: Mapi Quintana, Juanjo Díaz, Rubén Bada y Tino Cuesta.

Un directo diferente, en el que el cantante asegura que le gusta mucho contar historias, una de las cosas que cree que agradan a la gente porque les entretiene y con el fin de «que no se me vayan entre canción y canción».

En la propuesta del artista, hay humor porque para él, explica, éste «es «la base de todo».

«Cuando veo a un artista que se toma a sí mismo demasiado en serio en el escenario, es como que pierde credibilidad y creo que todos somos mejores cuando nos tomamos menos en serio y cuando nos tomamos la vida así, con más sentido del humor», dice.

Pero sus espectáculos también son crítica social, ironía, denuncia inteligente y sensualidad. Reivindica la cultura tradicional y rural, critica la homofobia y la discriminación de género, defiende la diversidad lingüística y se posiciona en defensa del medio ambiente.

«Para mí el miedo que tienen los artistas a posicionarse políticamente es como si no nos hubiéramos creído la democracia. Es como tener miedo a opinar todavía. Pues yo opino una cosa y no pasa nada, no debería haber tanto revuelo, ¿no eso es lo que habíamos acordado?», señala.

El músico asturiano Rodrigo Cuevas, en el paseo de Las Canteras. EFE/Ángel Medina G.

Un folclore a la moda

Rodrigo Cuevas asegura que siempre hacen guiños al folclore del lugar a donde van, «a veces más evidente y a veces menos. O sea, puede ser un folclore, no tan tradicional», dice sonriéndose y reservándose contar cómo lo hará en su concierto en Las Palmas de Gran Canaria «porque es sorpresa».

El artista, pianista de formación y que vive en un pueblecito de Asturias, bebe del mundo rural porque «nos dio mucha más producción artística que el mundo urbano», asegura. «Entonces, hay que reivindicarlos y hay que utilizarlo», añade.

Para él, la música tradicional y el folclore son una continuidad en el tiempo que se ve influida por los ritmos más contemporáneos, y de ahí su música.

«La música tradicional siempre estuvo influida por las modas. Pensamos que es como una cosa que fue inmóvil durante muchísimos siglos y para nada fue así», expresa.

«Aquí en el folclore canario, una de las de las canciones más representativas son las malagueñas, sin ir más lejos. Las modas siempre trajeron ritmos, estilos, melodías, y los diferentes pueblos siempre las aceptaron y las hicieron suyas, porque precisamente lo nuevo siempre fue visto como algo fresco y algo con lo que lucirse, y así lo pienso yo», agrega.

Esa nueva imagen que Rodrigo Cuevas le da al folclore le ha hecho recibir múltiples premios como el Premio Nacional de las Músicas Actuales en 2023, del Ministerio de la Cultura, o el Premio Arcoiris 2022 del Ministerio de Igualdad, entre otros, tras una trayectoria en cuyos inicios tocaba el acordeón en el metro de Barcelona o en el bar La Vida Alegre de Gijón.

«Los bares son un lugar un poco más amable donde va hacer tu público. Es otro espacio de fácil cuando estás empezando, cuando eres emergente, por eso es tan importante que los ayuntamientos dejen tocar y dejen hacer conciertos en los bares, porque ahí es donde nos formamos los artistas», asegura.

Preguntado por todos los premios que le han concedido, Rodrigo cree que se los dan porque «la gente está loca», dice en clave de humor. Y dentro de esa locura cree también que está el haberlo invitado «a este pedazo de auditorio», el Alfredo Kraus.

«Estáis locos, no sabéis a quién metéis en casa», concluye. EFE