El presidente de la Zona Especial Canaria, Pablo Hernández. EFE/Ramón de la Rocha

El presidente de la ZEC duda de la utilidad de emplear la reserva de inversiones para deuda pública y vivienda

Santa Cruz de Tenerife (EFE).- El presidente de la Zona Especial Canaria (ZEC), Pablo Hernández, ha cuestionado este martes la utilidad de algunos mecanismos del Régimen Económico y Fiscal (REF), como autorizar que la Reserva para Inversiones (RIC) pueda materializarse en compra de deuda pública o en vivienda.

En una comparecencia ante la comisión parlamentaria que estudia la reforma del REF, Hernández dijo que la RIC ha sido clave para la creación de grupos empresariales regionales y para la cohesión económica del archipiélago, y sugirió orientarla en una nueva etapa al desarrollo de industrias específicas más pequeñas, como el sector audiovisual o las energías renovables.

Pero vincular la RIC a la compra de bonos de deuda pública, cuando la Comunidad Autónoma no tiene problemas de financiación, o a la vivienda, que es un capital muy poco productivo, lleva a que pueda restar inversiones productivas e innovadoras como telescopios, servidores o energías renovables.

Si pones en oferta bonos muy seguros financieramente, la inversión eludirá el riesgo, cuando la deducción fiscal para la inversión se justifica por el riesgo, expuso.

En su intervención, el presidente de la ZEC puso además en duda que en Canarias haya un problema de productividad, aunque sí de «filtraciones», es decir que los ingresos, sobre todo del turismo, tienden a filtrarse al exterior, y citó estudios según los cuales hasta el 30 % o el 40 % de los ingresos turísticos no se quedan en las economías locales.

A la vez alertó de que las filtraciones pueden afectar no solo al sector turístico, y por eso planteó la importancia de impulsar las energías renovables, para que la factura energética (el 6 % del PIB) se quede en las islas.

También está aumentando las filtraciones en el caso de las producciones audiovisuales.

Sector audiovisual

Al respecto indicó que las deducciones fiscales para producciones audiovisuales en Canarias están funcionando muy bien, pero generan un crecimiento de la actividad muy rápido que lleva a que parte de los beneficios o inversiones que deberían quedarse en la región no lo hacen.

Así, se aumenta la importación de mano de obra y la maquinaria, con lo cual en lugar de generar empleo y dinamizar la economía local, se beneficia a trabajadores y proveedores de fuera de Canarias.

Para mitigar este problema, el presidente de la ZEC propone hacer hincapié en la formación local para que el talento canario pueda cubrir las necesidades de los sectores económicos y reducir la dependencia de recursos externos.

En su opinión, Canarias no tiene un problema de talento, sino que el problema es su dinamización e incorporación a los circuitos productivos.

Eso es porque la comunicación entre las empresas y los centros de formación profesional y universidades es escasa, algo que la ZEC trata de corregir con todas las empresas que quieren apuntarse.

Pablo Hernández defendió la creación de un centro de investigación independiente sobre el REF, que vaya «asentando el terreno» antes de que se produzcan las decisiones políticas, porque faltan estudios y datos sobre cómo afectan los incentivos a la economía, tanto en el cumplimiento de los objetivos como en las consecuencias no deseadas.

Además, hay un gran desconocimiento sobre el REF, algunas de cuyas herramientas apenas se usan, dijo.

En todo caso, defendió que los cambios deben ser cautelosos, porque una vez que se instauran es muy difícil revertirlos, incluso si no producen los efectos inicialmente deseados.

Cuestiona los indicadores de productividad

El presidente de la ZEC itió la posibilidad de que en una reforma del REF se puedan introducir incentivos o fórmulas para favorecer la distribución de la riqueza, pero subrayó que el objetivo no debe ser cómo se reparte la riqueza interna, sino «cómo enganchamos a Canarias al mundo».

En esa línea, cuestionó que la productividad se mida como PIB per capita, que es un indicador más útil para economías agrarias e industriales, en las que se puede calcular el los productos generados por cada empleado.

En economías complejas de servicios como la canaria, esa manera de medir la productividad es insuficiente para comprender plenamente una realidad económica en la que, por ejemplo, existe una discrepancia llamativa entre el crecimiento de la facturación turística y el del PIB.

En algunos casos, la facturación turística aumenta hasta un 179 %, mientras que el PIB solo crece un 26 %, lo cual puede evidenciar problemas metodológicos y de recopilación de datos, pero también el impacto de las filtraciones, puesto que una parte importante de los ingresos generados por el turismo no se quedan en el archipiélago.

En consecuencia, defendió la necesidad de realizar un análisis profundo de las cadenas de valor en Canarias en los que se aborden aspectos como el poder de negociación de los empresarios locales y qué proporción del negocio turístico permanece efectivamente en la economía insular.

«Una piscina con filtraciones puede arreglarse inyectando más agua, es decir, atrayendo a más turistas, pero también tapando las grietas», propuso. EFE