Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- La obra ‘1936’ rememora este viernes y sábado en el Teatro Cuyás la Guerra Civil española desde una perspectiva histórica y emocional con la que su director, Andrés Lima, busca recuperar, de la mano de sus protagonistas, la memoria histórica y alertar para que no se vuelva a repetir.
El actor Guillermo Toledo ha apelado al doble sentido de esta función, para la que ya se han vendido todas las entradas, ya que consiste no sólo en «recuperar la memoria histórica que nunca deberíamos haber perdido», sino también en hacer «una llamada de alerta sobre ese fascismo, que no es que venga, es que ya está aquí», según ha dicho en la presentación en rueda de prensa de este espectáculo.
Y es que, ha añadido Toledo, esta obra recoge discursos de los años 30 del general Mola, de Queipo de Llano, de Yagüe o de Franco «que estamos volviendo a escuchar ahora sin absolutamente ningún pudor» y, «no solo desde gente anónima, sino también desde los medios de comunicación y los partidos políticos».
A juicio de Toledo, que se desconozca y no se estudie en los colegios e institutos la República, la Guerra Civil, el golpe de Estado o la dictadura «no es una casualidad, ni una fatalidad, ni un fenómeno meteorológico, sino una política de estado consciente».
La actriz Blanca Portillo, que también forma parte del elenco de la obra, en la que participan ocho actores y 20 coristas, ha dicho que para ella es «absurdo pensar que se puede vivir sin tener en cuenta lo que ha sucedido antes».
«Creo que no es bueno eso que te dicen: ‘Mira, pasa página y olvídate’. Para pasar página, como decía Maixabel Lasa, que es muy lista, hay que haberla leído antes», ha dicho Portillo.
Para la actriz, este espectáculo tiene «una visión histórica importantísima», al sustentarse en un exhaustivo estudio histórico y teniendo en cuenta el factor de la memoria, «que tiene que ver también con lo emocional, con los seres humanos que vivieron lo que vivieron y que padecieron lo que padecieron».
«Apela a lo emocional y lo intelectual. Es verdad que no te puedes quedar con todas las fechas y las cifras que se dan, pero hay tal acumulación que se produce una emoción», y «tal avalancha que se produce un estado de atención distinto en el espectador», ha asegurado Portillo.
La actriz Natalia Hernández ha explicado que para esta función, escrita por cuatro personas (Albert Boronat, Juan Cavestany, Andrés Lima y Juan Mayorga), el equipo ha trabajado a lo largo de dos años realizando talleres de investigación con historiadores como Julián Casanova o especialistas en milicianas o anarquismo, entre otros.
Además, ha recordado que «somos lo que somos por lo que hemos vivido en la historia, y la guerra civil y la dictadura nos han marcado a todos».
«O sea, todos en casa hemos oído decir a nuestros padres, abuelos o tíos que no digas tu opinión, no te signifiques políticamente o el ‘¡cómete eso, venga, come, come, come!’, aunque no tengas hambre, debido al que ellos pasaron», ha agregado Hernández.
Una función de cuatro horas y cuarto
La función, que dura cuatro horas y quince minutos y cuenta con dos descansos, transita por los tres años que dura la Guerra Civil, con la salvedad de un regreso al momento en que se empieza a gestar «ese deseo de una serie de personas de este país que decidieron que una república no era lo que les convenía», ha detallado Portillo.
En ella, los ocho actores se ponen en la piel de diversos personajes: desde Franco, los generales Yagüe, Miaja o Mola, Alfonso XIII, Wolfram von Richthofen, Vicente Rojo, Manuel Azaña, La Pasionaria, Rosario La Dinamitera, a un miliciano, una mujer del pueblo, una vedette, una niña, una embarazada, un periodista y un cardenal.
«Los personajes no están explicados, están vividos y hechos. Todo lo que ocurre en escena tiene material emocional, sea un discurso o sea una escena inventada», ha explicado Portillo al asegurar que, a pesar de ser un espectáculo muy documental, los actores entran «emocionalmente en esos personales, a defenderlos y analizarlos».
Así, concreta la actriz, se representa al general Yagüe, «¿pero qué le pasa a Yagüe y cómo funciona y cómo vive lo que está viviendo? ¿Desde dónde? Eso es parte del trabajo de la interpretación. No están simplemente narrados fría y asépticamente».
En el espectáculo se representan la defensa de Madrid, la matanza de Badajoz o la batalla del Ebro, momentos que se han puesto en el escenario con la «creatividad absolutamente descomunal» de Andrés Lima, ha defendido Toledo al aludir a la «absoluta falta de miedo» del director respecto a lo que va a poner en escena. EFE