El principe Alberto II de Mónaco (c), junto a la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga (4d), durante su visita al Centro de Arte Rupestre "Alberto I", este viernes en Puente Viesgo. EFE/ Pedro Puente Hoyos

Mónaco y Cantabria se alían para difundir el arte rupestre en la visita de Alberto II

Puente Viesgo (EFE).- El Principado de Mónaco y la comunidad autónoma de Cantabria han firmado este viernes un acuerdo para colaborar en la investigación y la difusión del arte prehistórico durante la visita de Alberto II al Centro de Arte Rupestre de Cantabria en Puente Viesgo, que lleva el nombre de su taratabuelo.

El príncipe ha inaugurado una exposición temporal dedicada a este mecenas de los pioneros de la investigación prehistórica, el primer hito de esa colaboración entre la Consejería de Cultura de Cantabria, que gestiona diez cuevas con arte declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco, y el Museo de Antropología Prehistórica de Mónaco, fundado en 1902 por Alberto I.

Tras recorrer la exposición permanente y esta muestra temporal que, bajo el título «Alberto I, Príncipe de la Prehistoria», difunde el legado de su antepasado, ha asistido a la firma del protocolo junto a la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga y ha firmado en el libro de honor del centro.

Ha sido la tercera visita a Cantabria de Alberto II, que en octubre de 2022 estuvo ya en Puente Viesgo para conocer el edificio del Centro Arte Rupestre cuando todavía no estaba acabado.

El director de las cuevas prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón, que le ha guiado en su recorrido por el centro, ha recordado que la figura de Alberto I «fue fundamental en el relanzamiento y la consolidación» de los estudios sobre el Paleolítico en Cantabria en los inicios del siglo XX.

Desde 1902 financió el estudio de la cueva de Altamira y de otros yacimientos arqueológicos de Cantabria como El Castillo en Puente Viesgo, El Valle, La Pasiega y Hornos de la Peña, además de la publicación de las investigaciones.

El acuerdo entre Cantabria y Mónaco establece un marco de colaboración en la investigación, la conservación y la difusión del patrimonio a través de una serie de actuaciones que se concretarán en convenios específicos, ha explicado Ontañón.

«Mónaco y Cantabria comparten los colores rojo y blanco en su bandera y una historia común que ahora debe escribirse hacia el futuro», ha dicho, antes de la firma del acuerdo, la embajadora de Mónaco en España, Catherine Fautrier-Rosseau.

Fortalecer los vínculos

La presidenta de Cantabria ha agradecido al príncipe los vínculos que mantiene con la región, el «afecto que siempre muestra» y, sobre todo, su apuesta personal y la de su Principado por «fortalecer las relaciones científicas y culturales» entre ambos territorios y por «elevar la proyección internacional» del Centro de Arte Rupestre y las cuevas.

Según Buruaga, gracias al mecenazgo de Alberto I se excavaron esas cuevas y gracias a su patrocinio el mundo conoce el «enorme valor» del arte rupestre de Cantabria.

Como ha destacado la presidenta, Cantabria encierra en sus poco más de 5.000 kilómetros cuadrados, además de Altamira, la ‘Capilla Sixtina del arte rupestre’, nueve cavidades más declaradas patrimonio de la humanidad.

«Somos un territorio rupestre de primera magnitud y los proyectos que verán la luz a raíz del convenio de colaboración, nos van a permitir aprovechar esa fortaleza que nos diferencia del resto», ha subrayado.

Para Buruaga, esa «acumulación extraordinaria de arte, creación y talento» ha de convertirse además en uno de los ejes de la nueva economía y de la apuesta de Cantabria por un modelo turístico sostenible vinculado a la cultura, el patrimonio y el conocimiento.

«Orgullo» de nieto

Por su parte, Alberto II de Mónaco ha expresado su «orgullo» por que el Centro de Arte Rupestre de Cantabria lleve el nombre de su tatarabuelo, tras visitar este museo dedicado a las cuevas prehistóricas de la región que, a su juicio, muestra de una forma «moderna y diferente» la investigación y los descubrimientos del primer arte de la humanidad.

«Que este centro lleve el nombre de mi tatarabuelo es para mi y para mi familia una gran alegría y un gran orgullo», ha dicho en declaraciones a EFE el príncipe de Mónaco, que se ha mostrado «muy feliz» de volver a Cantabria ya que en su última visita, en octubre de 2022, el centro estaba en construcción, ha recordado.

En su tercer viaje a la región, Alberto II ha recorrido la exposición temporal dedicada a su tatarabuelo bajo el título «Alberto I Príncipe de la Prehistoria» y la exposición permanente que explica el arte rupestre de las cuevas prehistóricas de Cantabria.
Ha recordado que su tatarabuelo dejó escrito en sus diarios los descubrimientos que hizo junto a los otros pioneros de las cuevas prehistóricas y del arte rupestre, «unos descubrimientos que han beneficiado a toda la humanidad».

«Esos descubrimientos son esenciales para la comprensión de los primeros humanos y de los primeros gestos artísticos», ha subrayado el príncipe, quien ha apuntado que en esos diarios, Alberto I también recoge la visita que hizo a las cuevas prehistóricas con Alfonso XIII.

«Benefician a todo el mundo, a la humanidad, a las generaciones que lo descubrieron y a las futuras. Por eso es tan importante explicárselo», ha destacado Alberto II de Mónaco tras la firma del acuerdo entre el Principado de Mónaco y Cantabria para colaborar en la investigación y la difusión del arte prehistórico. EFE