Santander (EFE).- El número de peregrinas que realiza el Camino Lebaniego ha crecido un 17 por ciento en siete años -hasta alcanzar el 42 % del total- y el de peregrinos jóvenes, de ambos sexos, también un 42 %.
Así lo recogen los datos aportados por la Fundación Camino Lebaniego durante la celebración del Curso de la UIMP Diseño y Gestión de Destinos de Turismo Religioso.
La directora de la Fundación, Pilar Gómez Bahamonde, ha subrayado que en los últimos 18 años la percepción que tenían los habitantes por donde transcurre el camino ha cambiado de forma «radical», porque ha pasado de ser «de mochileros sin rumbo a peregrinos respetados».
De hecho, según recoge la Fundación Camino Lebaniego en un comunicado, la población local contribuye a la conservación en «óptimo estado» de instalaciones y servicios del camino y ayuda y se preocupa por los peregrinos y por la señalización.
Para ello, según la directora, ha sido clave «la diferencia entre el turista y el peregrino», ya que «el peregrino no quiere ser identificado como turista: no se comporta igual y ya no es percibido como turista».
Casi todos tienen experiencia
Los datos presentados en la UIMP señalan, asimismo, que prácticamente la totalidad de los peregrinos que realizan la ruta lebaniega ya ha realizado otro camino antes y que casi un la mitad llegan impulsados por motivos religiosos, espirituales o personales.
También es clave, a juicio de Gómez Bahamonde, que el crecimiento del Camino Lebaniego a lo largo de los años se «orgánico», lo que evita «aglomeraciones» y mantiene la «autenticidad» del viaje.
Este crecimiento «sostenible» es resultado de una estrategia que «no busca público, busca participantes» y que quiere seguir siendo «una experiencia de empatía y recuperación de la vecindad», ha asegurado la directora de la Fundación.