Castro Urdiales (EFE).- Un ascensor mágico instalado en Castro Urdiales conectará estas navidades a los niños con el rey Baltasar, en su palacio de Oriente, en un viaje en el que también sobrevolarán la casa de Papá Noel, guiados por el rastro de la estrella de Belén.
La aventura comienza en el lugar en el que se encuentra instalado este singular elevador, ubicado en un habitáculo con tres estancias que permite contemplar, hasta los 120 metros de altura, las panorámicas de Castro Urdiales y el patrimonio que atesora, como la iglesia gótica de Santa María, el Castillo-Faro o el casco histórico.
Los asistentes apreciarán desde lo que se asemeja como ventanales del ascensor la fantasía, la luz y el color del universo, cuya creadora, Vanessa Abascal, explica a EFE que no faltarán juguetes, astronautas e, incluso, simpáticos extraterrestres.
En la segunda estancia del ascensor mágico los niños y mayores son recibidos por Baltasar en un salón lleno de detalles que muestran la esencia de los sueños navideños.
Allí, los más pequeños pueden entregar sus cartas de deseos directamente al rey mago, mantener alguna conversación con él y, cómo no, inmortalizar esa experiencia inolvidable con fotografías.
De vuelta a casa, los pasajeros van como en un ascensor de bajada para revivir esos «paisajes de ensueño» hasta su regreso a Castro Urdiales.
Realidad y fantasía
Su creadora califica esta instalación como la de una ilusión de «realidad y fantasía», que se les está haciendo «corta» a las primeras personas que ya han podido disfrutarla.
«Nos dicen que es súper bonito, impresionante e, incluso, a algunos se les ponen los pelos de punta. De hecho, a los que más les sabe a poco y querrían volver, son los mayores», añade.
Además del rey Baltasar, en la puesta en escena participan dos pajes reales que, asimismo, interactúan con los asistentes y cuentan historias de cara a que la atracción sea lo más inmersiva posible.

La idea procede de un cuento que Vanessa escribió hace cinco años titulado «La fábrica mágica de la Navidad». Allí colaboran conjuntamente elfos y pajes para que, tanto Papá Noel en Nochebuena, como los Reyes Magos durante la víspera del 6 de enero, puedan cumplir las ilusiones de todos los niños con los regalos.
A raíz de esa historia, Vanessa desarrolló otra alternativa en la que elfos y pajes creaban un transportador para estar interconectados y pudieran viajar rápidamente entre Oriente y el Polo Norte.
«Nunca nadie ha conseguido ir al palacio de los Reyes Magos, pero sí al Polo Norte», apostilla.
De ahí nació el ascensor mágico de la Navidad, que estará disponible hasta el 4 de enero en Castro Urdiales, en recorridos de media hora y pases cada 10 minutos.
Con una capacidad máxima de 14 personas por viaje, la atracción se mantiene íntima y acogedora para todas las familias, con la idea de que puedan disfrutar de los secretos de esta época entrañable del año.