Santander (EFE).- En un mundo tan cambiante como el actual, hay tradiciones que no pierden el tirón en los hogares españoles, como le ocurre al roscón de Reyes, un dulce navideño que estos días copa la producción de panaderías y pastelerías, pero cuyas ventas se extienden desde noviembre hasta febrero.
Así lo indican a EFE profesionales de obradores y pastelerías cántabras, que estos días no dan abasto para despachar los pedidos de una clientela fiel al roscón.
La demanda se mantiene como siempre o, «incluso, va aumentando progresivamente», según destacan desde Casa Vejo (Reinosa), un negocio que se remonta a 1944 y que, aunque ofrece el roscón tradicional, concentra el 90 por ciento de sus ventas en una especialidad de hojaldre de mantequilla, característico de la comarca campurriana.
Casa Vejo ofrece el roscón con cuatro tipos de relleno: crema, nata, trufa y cabello de ángel. «Nosotros empezamos a venderlos a partir del 23 o 24 de diciembre porque, al ser de hojaldre, mucha gente lo lleva ya como postre», señalan desde esta pastelería, que otros años lo sigue vendiendo hasta mediados o finales de enero, aunque por encargo lo prepara todo el año.
En Navidad no ite reservas por falta de espacio, lo que obliga a tener el obrador en funcionamiento «las 24 horas». «En esta época del año abrimos desde ocho de la mañana hasta las doce de la noche», añaden, con un mayor pico de trabajo entre los días 4 y 6, cuando crece la demanda. «Afortunadamente, es una tradición que no se pierde», apuntan desde este negocio.
Asumen el aumento de los costes
A pesar del aumento de los gastos de producción por el encarecimiento de materias primas como la mantequilla, ingrediente indispensable en la elaboración de sus roscones, en Casa Vejo han optado por mantener el precio, asumir ese coste y reducir los márgenes.
Con esa premisa trabajan también en Sucré, pastelería con 15 años de experiencia y ubicada en la calle Santa Lucía de Santander, tras su traslado desde Santa Cruz de Bezana, que ofrece variedades de nata, crema y trufa
«Hemos mantenido los precios para que la gente se vaya contenta», explican a EFE desde este establecimiento, que, como todos, está notando el aumento del coste de materias como la mantequilla, la nata o el chocolate.
También perciben en la capital cántabra que «cada año aumenta la demanda». «Nosotros lo vendemos durante todo el año por encargo, pero es en noviembre cuando los clientes se animan a llamar y a encargarlo más», un periodo que se alarga hasta el día de los enamorados, el 14 de febrero, agregan.
Además de su sabor, el roscón tiene otro ‘reclamo’: esconde en su interior el premio o ‘haba’, sinónimo de fortuna o de quien tiene la obligación de pagar este dulce.
