Castro Urdiales (EFE).- Los 750 actores que participan en la Pasión Viviente de Castro Urdiales han representado este Viernes Santo las últimas horas de la vida de Jesús de Nazaret con una puesta en escena que ha vuelto a congregar a miles de curiosos por calles y plazas de la ciudad.
Pese a que desde el inicio de la Semana Santa los organizadores miraban de reojo al cielo por las posibles lluvias, la jornada ha transcurrido sin incidencias.
Y ha culminado con éxito, en casi 5 horas, la quincena de actos que contempla este viacrucis popular, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Momentos duros y emotivos
Los latigazos a Cristo, el ahorcamiento de Judas o la Crucifixión han sido algunos de los momentos de más dureza en la representación.
Y, por su emotividad, los encuentros de Jesús con María Magdalena, el Cirineo y su madre, la Virgen María, o con el grupo caracterizado de leprosos.

También, han suscitado interés los episodios de la Última Cena con los discípulos, el Prendimiento, o el arrepentimiento de Judas.
Y también las tres caídas de Jesús con la cruz de 30 kilos y la corona de espinos o la Resurrección, como colofón de una aventura que comenzó hace meses con los ensayos y la preparación de vestuarios y decorados.
Vínculos con la Pasión
Los papeles protagonistas de Jesús, la Virgen María y el discípulo Juan son interpretados cada año por diferentes actores.
Pero es costumbre que madre e hijo compartan vínculo tanto en la realidad como en la ficción.
No obstante, a sus 30 años, Alejandro Calvo ha tenido el privilegio de encarnar por segunda vez a Cristo en la Pasión Viviente.
Tanto él como su familia, vecinos de Castro Urdiales, guardan una relación especial con esta celebración.
Alejandro ya hizo de niño Jesús en otra puesta en escena que se organiza en Navidad.
Y su padre, Carlos Calvo, también representó a Cristo en la edición de 1994, aunque ahora ha sido el Cirineo que le ha acompañado en el sufrimiento durante el viacrucis.
Un año más, las principales calles, plazas y edificios icónicos de Castro Urdiales, como la iglesia de Santa María, el Castillo-Faro o la Atalaya, se han retrotraído al Jerusalén de hace más de 2.000 años gracias a los decorados.
Todo ello unido al vestuario y peluquería de época y a las sesiones de maquillaje que, desde la madrugada, han recibido los actores para que la caracterización sea lo más realista posible.
Surgió en un campamento
La Asociación Cultural Pasión Viviente de Castro Urdiales es la encargada de sacar adelante, gracias a subvenciones públicas, esta representación.
Su primera edición se remonta a 1985.
Solamente en cuatro ocasiones ha sido suspendida por fenómenos meteorológicos o por la pandemia del coronavirus.
La idea nació un año antes cuando un grupo de 60 amigos, durante un campamento de verano, decidieron embarcarse en la aventura de representar la vida de Jesús con personajes reales.
Es una fiesta tradicional que ha evolucionado en el tiempo.
Y ya no puede dar cabida a más personas, tanto vecinos de Castro Urdiales como de otros rincones de la geografía española, que desean participar como actores en la representación.
Como antesala al día grande, la noche del Jueves Santo se escenifica el edicto de Pilato al pueblo de Jerusalén sobre la orden de búsqueda y captura para Jesús, la marcha de los soldados romanos con las antorchas y el apresamiento de los ladrones que son crucificados al día siguiente.