Toledo (EFE).- El medio millar de transportistas castellanomanchegos afectados por las protestas de los agricultores de Francia siente «miedo» por los daños que puedan causar a su integridad física o a los vehículos cuando son parados o atacados en las carreteras con motivo de esta movilización.
En declaraciones a EFE, el secretario general de la Federación de Empresarios de Transporte de Castilla-La Mancha (Fetcam), Francisco Javier Martín Cameno, ha indicado que se ha dado algún caso en el que los conductores han temido la reacción de los manifestantes.
Sin embargo, las empresas les han instado a no exponer su vida y a ser cautelosos si se enfrentan de manera directa a ellos.
En concreto, ha dicho que a un conductor castellanomanchego lo acorralaron cuando iba con su camión y se bajó para ver qué ocurría.
Entonces, se le aproximaron manifestantes ses con bates y le profirieron amenazas hasta el punto de que le dijeron que se subiera al camión y vaciaron la cisterna.
En este sentido, Martín Cameno ha lamentado la postura «violenta» de los manifestantes, ya que hay quienes se acercan armados y amenazan con dar «una paliza de miedo».
Las empresas de transportes de alimentos, las más afectadas
Los transportistas que llevan productos alimenticios son los más afectados por este tipo de acciones por parte de los manifestantes.
Aunque hay otras empresas como ‘Transportes Agustín Martínez’ de Chiloeches (Guadalajara) que también están sufriendo las consecuencias de estas protestas con conductores que pasan hasta seis horas parados en la carretera.
Según ha narrado, en declaraciones a EFE, la gerente de la empresa, Yolanda Martínez, el cien por cien de su actividad es transporte internacional y trasladan productos de automoción, una mercancía que no es manipulada como en el caso de los productos alimentarios.
No obstante, ha afirmado que sus conductores sí están afectados por los retrasos en las rutas y, aunque «la mayoría de los clientes lo entienden», no pueden cumplir con los plazos de entrega establecidos.
Tampoco los trabajadores pueden volver a casa para descansar el fin de semana, de manera que tanto el descanso como la reanudación del trabajo se ve desplazada en la semana.
Martínez ha precisado que este lunes se han producido incluso más atascos, sobre todo a la entrada y salida de Francia, según le han trasladado sus transportistas, y que la protesta se ha intensificado y hay más retrasos en ciertas carreteras.
Daños en sus «herramientas de trabajo»
Pero sobre todo, ha incidido en la importancia de los daños a los vehículos que se producen en este tipo de conflictos y ha señalado que los camiones son la «herramienta de trabajo» de estos profesionales y que el arreglo de cualquier daño se encarece por tener que realizarlo en el país galo.
De hecho, al tener que cambiar de ruta por los cortes en las carreteras y las largas colas de vehículos, los conductores se ven obligados a pasar por carreteras secundarias que no son autopista y que son estrechas y pasan por pueblos.
Y al circular por pueblos, es más probable que se produzcan daños en los traíleres al pasar junto a las cornisas de las casas o por otros elementos de este tipo de vías.
La gerente de la empresa de transportes ha especificado que uno de sus 20 conductores afectados les ha informado este lunes de que ha tenido que desviarse por carreteras locales y pasar por municipios y que los vehículos se cruzan entre casas, lo que puede conllevar daños a los camiones.
Es más, Martínez ha dicho que «cualquier cosa que se rompa en un vehículo supone entre 800 y 1.000 euros de coste».
Así, ha calculado que cambiar una rueda en Francia puede oscilar entre 2.000 y 2.500 euros mientras que en España el coste sería entre 600 y 700, dependiendo del neumático.
Además, ha aseverado que sus conductores no han tenido problemas físicos con los manifestantes, pero entiende que «el miedo siempre existe» entre los transportistas en este tipo de situaciones porque las protestas se han endurecido en Francia y pueden querer tomar represalias contra los trabajadores o contra los vehículos si se niegan a sus peticiones o amenazas.