Toledo (EFE).- Castilla-La Mancha cuenta con una población de linces ibéricos que ronda los 700 ejemplares en las cuatro zonas de asentamiento que hay en la región. Del total, unos 300 son cachorros, tres de los cuales nacieron en un pajar del municipio de Menasalbas (Toledo) y fueron descubiertos por casualidad por un ganadero.
El hallazgo se produjo este sábado 23 de marzo, cuando el ganadero entró al pajar y, al mover una de las alpacas de paja, vio a tres cachorros de lo que pensó que eran gatos, ante lo cual llamó al 112 para que se hicieran cargo de los animales, ha explicado a EFE la delegada de Desarrollo Sostenible de la Junta en Toledo, Montse Muro.
Sin embargo, cuando llegaron al pajar los agentes medioambientales y del Seprona comprobaron que se trataban de tres cachorros de lince ibérico que estaban en buen estado.
Ante este hallazgo, decidieron instalar cámaras de fototrampeo en el pajar para comprobar si la madre, que en ese momento no estaba con la camada, se estaba haciendo cargo de las crías de lince.
Gracias a la instalación de las cámaras, los agentes medioambientales y del Seprona confirmaron que la madre iba a amamantar a sus crías de lince al pajar.
Finalmente, este lunes, movió a la camada de lugar, algo que es habitual en esta especie como mecanismo de defensa.
Resultados positivos del proyecto de reintroducción del lince
Muro ha valorado que este caso demuestra que el proyecto de reintroducción del lince ibérico «está funcionando» e incluso ha subrayado que la tónica habitual es que los linces se reproduzcan en el propio entono natural, sin necesidad de que se les tenga que reintroducir procedentes de otros sitios.
Según datos de finales de 2023, se estima que en toda la región puede haber unos 700 ejemplares de lince ibérico, de los cuales 300 son cachorros y los 400 restantes, subadultos.
Estos linces viven en las cuatro zonas de asentamiento que hay en Castilla-La Mancha: Montes de Toledo, Sierra Morena Oriental, Sierra Morena Occidental y Campos de Hellín, además del ‘stepping stone’ de Cabañeros.
De hecho, Muro ha indicado que la madre de estas crías de lince nació en esta zona de los Montes de Toledo ya en libertad.
Ello confirma que la especie se está asentando de forma natural en el entorno, tras años de «una situación crítica» para la especie, en los que era «prácticamente imposible ver a un ejemplar de lince en el medio natural».
Un trabajo de «muchos años»
Sin embargo, ha destacado que en la actualidad «se están reproduciendo ya en el propio medio natural y cada vez es más habitual poder verlos» por los montes en libertad.
Así, ha valorado que es el resultado de «un trabajo de muchos años» del Gobierno regional y de los agentes medioambientales, para lograr la supervivencia del lince ibérico, una especie que a principios del siglo XXI estuvo en peligro crítico de extinción.
Por ello, ha incidido en la importancia de la concienciación a la sociedad, y si de forma casual se encuentra algo que puede parecer una cría de lince, es importante no tocar a los animales y ponerse en o con los agentes medioambientales, el Seprona o llamar al 112 para dar aviso.
De esta forma, los profesionales «se encargan de montar todo el operativo para generar ese momento de protección», para que la madre pueda cuidar de sus crías de forma natural.
Muro también ha pedido precaución a la hora de circular por carreteras, sobre todo secundarias, para evitar atropellos, que sigue siendo una de las principales causa de muerte de los linces.
De hecho, si bien ha afirmado que el Gobierno regional ha hecho «un esfuerzo muy grande» en la instalación de vallados y señalizaciones en las carreteras, los animales salvajes que están en el entorno -no solo linces- se pueden cruzar en cualquier momento.