Toledo (EFE).- El acusado de matar a la pareja de su exnovia en Gálvez (Toledo) ha negado ser responsable de los delitos que le imputan y se ha acogido a su derecho de no declarar.
El hombre también atacó a su exnovia tras entrar en la vivienda en la que moraba junto a su pareja y su hija menor, armado con un cuchillo y a pesar de tener una orden de alejamiento.
El juicio con jurado popular en la Audiencia provincial de Toledo ha comenzado este lunes tras poco más de una hora de elección de los del tribunal del jurado, compuesto por seis mujeres y tres hombres.
El acusado, asistido por una traductora, ha respondido a la magistrada-presidente que no se considera responsable de los delitos que le imputan, que cree haber entendido que el fiscal le ofrecía un acuerdo para aceptar 16 años de prisión y que no quiere contestar a nada, ni siquiera a las preguntas de su abogado.
Antes, las partes se han dirigido al jurado para explicar su papel y postura en el juicio, después de que el secretario haya dado lectura a los escritos del fiscal, de la acusación particular (que representa los intereses de su expareja, del fallecido y de su hija) y de la defensa.
Peticiones de condena para el acusado de matar a la pareja de su exnovia
El fiscal le ha acusado de allanamiento, quebrantamiento de condena, homicidio y lesiones de género, por cuyos delitos pide hasta 23 años de cárcel, con las circunstancias agravantes de reincidencia en el quebrantamiento de condena y lesiones.
Por su parte, la acusación particular, que ha coincidido en el relato de los hechos con el fiscal, ha pedido también homicidio en grado de tentativa contra su expareja y no solo lesiones, porque así lo manifestó el procesado a su compañero de piso cuando volvió tras los hechos, afirmando que los había matado a los dos.
En el caso de no probar el homicidio en grado de tentativa, ha solicitado lesiones al igual que el fiscal, además de allanamiento, quebrantamiento de condena y homicidio.
Si bien, también ha diferido del Ministerio Fiscal en las agravantes y ha pedido aplicar abuso de superioridad, parentesco y reincidencia en el quebrantamiento de condena y en las lesiones, y en total las penas solicitadas superan los 23 años de cárcel.
De su lado, el letrado de la defensa ha manifestado en su escrito la disconformidad con el relato de los hechos que han realizado las acusaciones y ha puesto el acento en que el propio fiscal ha solicitado más pruebas, entre ellas, el informe definitivo de la autopsia del fallecido.
La defensa solicita la libre absolución del acusado
La defensa niega tanto los delitos de allanamiento y quebrantamiento de condena como de homicidio, tentativa y lesiones de género porque ninguna suponía un riesgo vital para su expareja.
Se apoya en que el acusado iba bebido y en que, por ello, debe aplicarse la atenuante de embriaguez además de la de confesión tardía y reparación del daño.
De esta manera, el abogado defensor ha solicitado la libre absolución de su cliente porque los hechos no son constitutivos de ilícito penal.
Y ha advertido, de cara a las indemnizaciones económicas que se le pidan en caso de ser condenado, que su defendido ha sido declarado insolvente.
Los hechos
Según el escrito del fiscal, el acusado inició en 2018 una relación sentimental con su expareja en el momento de los hechos porque dicha relación se había terminado, dado el maltrato físico y psicológico a la que la sometía.
Ella reinició después una relación con el padre de su hija y convivían en un domicilio de Gálvez, al que el acusado acudió el 19 de diciembre de 2021 portando un cuchillo de cocina.
Al encontrar la puerta abierta del bloque, subió a la primera planta, rompió la puerta de la vivienda y, cuchillo en mano, se dirigió al pasillo donde estaba la entonces pareja actual de su exnovia, de 77 años, y le asestó varias puñaladas, por las que falleció.
Ella, que estaba en un cuarto con una amiga mientras su hija de tres años dormía en otro cuarto, se abalanzó contra el agresor y él la atacó, la golpeó con el cuchillo en la cabeza y le dio también varias puñaladas.
Después, el acusado se marchó a su casa en la localidad de Menasalbas, limpió el cuchillo y lo guardó en un cajón de la cocina, tras reconocer a su compañero de piso que había matado a dos personas.
