Toledo (EFE).- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha propuesto este viernes que el conjunto de emergencias en España pudiera contar con una «autoridad independiente» para gestionar catástrofes naturales como las DANA, en la que no hubiera «interferencia política».
Así lo ha indicado García-Page durante el desayuno informativo ‘Nuevos horizontes empresariales en Castilla-La Mancha’, organizado por La Tribuna y Banco Santander en Toledo al que han acudido unos 200 invitados, en el que ha señalado que se trata de un planteamiento «a largo plazo» para que no haya margen de decisión política en una crisis y las opciones sobre cómo acometerla sean estrictamente profesionales.
En el acto, que ha comenzado con un minuto de silencio por las víctimas de la reciente catástrofe de la DANA en Valencia y localidades de Castilla-La Mancha como Letur (Albacete) y Mira (Cuenca), el presidente regional ha señalado que han sido «días duros» en los que ha tenido oportunidad de estar con los familiares de las víctimas.
En este sentido, ha apuntado que, en estas situaciones, a un político le entra la duda de si «acercarte al fuego o no», pero ha concluido que «siempre es mejor acercarte» porque «el único cálculo político en una tragedia es no hacer ningún cálculo político» y que «todo el que lo hace, termina siendo víctima evidente de esa marrullería».
No valora la gestión e insta al Estado a asumir sus competencias
Además, García-Page ha aseverado que no quiere sacar conclusiones políticas porque primero hay que «acabar con el dolor de las personas», ponerse de acuerdo en resarcir los daños y después será el momento de sacar conclusiones en términos «políticos, penales, judiciales y organizativos».
Con todo, ha añadido que no sabe si existe una «escuela de ensayo de tragedias» y ha trasladado su «solidaridad» con todos los gestores, sin entrar a valorar si uno lo hace mal o bien y respetando a todas las comunidades autónomas y a los ministros, aunque sí ha dicho que Castilla-La Mancha ha estado en coordinación con el Gobierno de España y que también ha habido coordinación entre todas las istraciones públicas (diputaciones y ayuntamientos).
«Esto es algo que no hemos improvisado, no se puede improvisar», ha afirmado el presidente castellanomanchego, que ha mostrado su «enorme solidaridad» con Valencia, porque la «envergadura es terrorífica».
También ha tenido palabras para las autoridades que «están al pie del cañón», y ha añadido: «No voy a discutir la buena fe que tengan, los que nos hemos visto en este tipo de problemas, sabemos que uno intenta hacer lo mejor que está en su mano. Podemos hacerlo mejor o peor, pero no voy a entrar en el terreno de las intenciones porque eso sería miserable».
Sin embargo, ha afirmado que comprende que a la ciudadanía le siente mal que un político diga que algo no es de su competencia y ha enfatizado que el Estado no puede quedarse en un «papel subsidiario» y decir que hace lo que no hacen las autonomías porque es «al revés»: «Las autonomías podemos llegar a sitios donde no llega el Estado, pero siempre por autorización del Estado».
Tampoco cree que las autonomías puedan tener ese papel subsidiario con los ayuntamientos, ya que ha sostenido que no se plantearía en ningún momento que en Letur o Mira el alcalde pueda con todo.
En este punto, ha alabado el sentimiento de solidaridad nacional que ha aflorado en esta tragedia y ha considerado que es por parte de todos los ciudadanos y «si hay alguno que no lo tiene, está en Waterloo», en referencia a Carles Puigdemont.
Ensalza el papel de los reyes en Paiporta
Asimismo, ha agradecido y valorado el papel de los reyes en esta situación y, en particular, su presencia en Paiporta (Valencia) donde las autoridades fueron increpadas.
De este modo, ha desvelado que los monarcas han estado «muy atentos» a las consecuencias de la dana y que han hablado en varias ocasiones, en las que sobre todo se han mostrado pendientes de las familias de los desaparecidos.
«Me siento orgulloso de los reyes y, como español, me siento representado en su actitud», ha afirmado García-Page, que ha reivindicado que los representantes públicos tienen que estar «a las duras y a las maduras», pues ha aseverado que en el país se valora «mucho hablar claro», aunque ha reconocido que a veces «no hay ni que hablar, son los gestos».
En este sentido, ha asegurado que la sociedad «valora a quien da la cara» y ha reconocido que él intenta practicarlo.
Asimismo, ha incidido en que él se siente reconocido en los reyes y que se siente representado en el papel que ha desempeñado la monarquía en esta situación y que no va en detrimento de su figura.
«Tienen la ventaja de no presentarse a las elecciones, pero también es una desventaja, porque cualquier institución necesita saber que cuentan con el cariño y el respaldo de la gente», ha reflexionado el presidente castellanomanchego.