Toledo (EFE).- Entre el dolor por las cancelaciones por la lluvia y la alegría por recuperar los pasos que no salían desde hacía dos años, Castilla-La Mancha cierra con las procesiones de este Domingo de Resurrección una Semana Santa agridulce.
Locales y visitantes han podido disfrutar de esta celebración, que en tres de sus ciudades está declarada de Interés Turístico Internacional, en otras cinco de interés nacional, y que se afrontaba con «ilusión y ganas» tras las suspensiones sufridas en 2024 en buena parte de la región.
Castilla-La Mancha ha tenido alrededor de un 70 por ciento de ocupación hotelera entre el miércoles y el domingo de la Semana Santa, que en el caso de Toledo capital ha sido «del cien por cien prácticamente» y del 90 por ciento en los alojamientos rurales.
Un sabor agridulce en Toledo
En Toledo, la Semana Santa ha tenido un sabor agridulce, ya que, si bien se han celebrado procesiones «con mucha afluencia de público», la lluvia ha cancelado la salida de varios pasos a lo largo de la semana, en especial durante el Viernes Santo.
«Nos han pillado justo momentos de lluvia en los momentos más decisivos de las procesiones», lamenta a EFE el presidente de la Junta de Cofradías toledana, Juan Carlos Sánchez, quien relata que han sido suspendidas procesiones el lunes, el miércoles y el viernes, mientras que otras han salido con plástico para no mojar la imagen.

Una situación que he provocado «momentos emotivos» en los templos, ite, de los cofrades que han visto cómo el trabajo de todo un año se quedaba sin recompensa.
Como nota positiva, el cofrade celebra que las procesiones del viernes de Dolores o la de la Borriquita del Domingo de Ramos, junto con las del Martes y el Jueves Santo han tenido «mucho público».
Eso sí, la climatología ha sido benevolente el Domingo de Resurrección, ya que el Cristo Resucitado y Nuestra Señora de la Alegría se han podido encontrar en la Plaza del Ayuntamiento.
La Semana Santa de Cuenca se resarce
Al contrario que en Toledo, la Semana Santa conquense se ha resarcido de la decepción del año 2025, cuando solo pudieron salir dos de los diez desfiles que recorren la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Aunque la ciudad ha estado «pendiente de la climatología» toda la semana, han podido procesionar nueve desfiles, todos menos el del Martes Santo, con «muchísima participación», destaca a EFE el presidente de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cuenca, Jorge Sánchez, que calcula que han recorrido las calles 24.000 nazarenos.
«Muchísima satisfacción, porque el año pasado fue catastrófico», subraya el cofrade.
Sánchez celebra «la devoción y el respeto que ha habido en todos los desfiles», y confiesa su emoción con momentos como la llegada a la Plaza Mayor de la profesión del Domingo de Ramos.
«Ves que todo el trabajo que se ha hecho durante todo el año y la respuesta de una ciudad que se está volcando con su Semana Santa», dice.
Los ‘armaos’ salen en Almagro
El tiempo también permitió que sonaran los tambores en Tobarra (Albacete) y en Hellín, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y donde la tamborrada, que se extiende por 104 horas ininterrumpidas, eligió al doctor Juan Valiente, jefe del Servicio de Cirugía del Hospital de Hellín, como Tamborilero del Año 2025.

En Almagro (Ciudad Real) la compañía romana ‘Los Armaos’, uno de los originales distintivos de la Ruta de la Pasión Calatrava, ha vuelto a seducir este Sábado Santo a cientos de turistas que se han dado cita para disfrutar del ‘caracol’, una dinámica marcha militar que ejecutan en la emblemática plaza medieval de la ciudad y con el que ponen punto y final a su participación en la Semana Santa. EFE