Imagen de archivo de un rebaño de ovejas trashumante a su paso por Oncala (Soria) / EFE

Oncala (Soria), del esplendor de la Trashumancia a símbolo de la España más despoblada

Juan Carlos Hervás | Oncala (Soria) (EFE).- Menos de cincuenta habitantes censa el municipio soriano de Oncala, que durante siglos vivió el esplendor de la Trashumancia y ahora resiste como símbolo de la España más despoblada a través de iniciativas como la Feria del Acebo y el Belén viviente, para recibir la Navidad y evocar también su pasado.


Los visitantes han abarrotado el pueblo, apenas una veintena de vecinos en invierno, para sus compras de alimentos, dulces y adornos navideños con el acebo como protagonista, y el recorrido por las casas de Oncala, abiertas de nuevo para acoger la recreación de oficios tradicionales que sustentaron el pueblo hace siglos.

Imagen de archivo de la Feria del Acebo en Oncala (Soria)/ EFE


Retorna el emigrante


La agente de desarrollo local de la Mancomunidad de Tierras Altas, Raquel Soria, ha resaltado a EFE que estas convocatorias son posibles gracias a la implicación de los hijos del pueblo y de la comarca de Tierras Altas, la más despoblada de la provincia más despoblada de España que es la de Soria.


«No sólo implica a los vecinos de Oncala sino a los de la comarca entera, que se vuelcan en la organización y desarrollo de la feria», ha recalcado antes de subrayar que el objetivo del Belén viviente y de la propia Feria de Acebo no es otro que el de promocionar esta comarca soriana.


Una de las estampas donde los visitantes más se han detenido ha sido la del trasnocho, una vieja tradición merinera en la que las mujeres pasaban largas horas nocturnas tejiendo ropa, a la luz de las velas, y hablando para hacer más corto el invierno, a la espera del regreso de sus maridos trashumantes desde las tierras más cálidas del sur.


Oficios que fueron


Carpinteros, pastores, barberos, lavanderas, panaderos son algunos de los oficios que hace medio siglo dieron vida a Oncala como la cantina, y a los que han dado vida un centenar de voluntarios.


Tras la recreación de los oficios, José y María han recorrido las calles de piedra de este pueblo cuando ha caído la noche, para dirigir sus pasos hasta el portal diseñado en el centro del pueblo.


La idea de organizar un Belén Viviente surgió con la intención de animar más la Feria del Acebo y, con el paso del tiempo, se ha convertido en un auténtico producto turístico por sí mismo.


Una veintena de expositores han demostrado en la feria las diferentes utilidades del acebo como adorno navideño así como la riqueza gastronómica de esta comarca soriana, la más ligada a la trashumancia en la provincia.


Un pasado tallado en piedra


Oncala sigue reflejando en sus calles, con casas blasonadas e iglesias, la importancia económica que tuvo durante los siglos XVI a XVIII, de la mano de su tradición ganadera, el comercio de la fina lana de las merinas, la Mesta y la Trashumancia, un legado del que en la actualidad da cuenta el museo dedicado a esta institución.


Los pastores oncaleses y los de toda la comarca, bajaban entonces en invierno con sus rebaños de merinas a los pastos de zonas menos frías a través de vías pecuarias trazadas desde las serranías del norte de España hasta el sur de la Península, amparados y protegidos en los privilegios del Real Concejo de la Mesta. Regersaban meses después a los frescos pastos de las sierras en verano.


Con la aparición de la manufactura del algodón, la pérdida de los privilegios de la Mesta y la decadencia del comercio de la lana comenzó su declive económico y, con él, una sangría poblacional que ha llegado hasta nuestros días. EFE