Un grupo de personas disfruta de la música al aire libre gracias a los siete pianos de cola que este viernes se han distribuido en las principales calles y plazas de la ciudad de Valladolid. EFE/Nacho Gallego

¿Qué hace un piano en la calle?: teclas compartidas con la ciudad como escenario

Adrián Arias | Valladolid (EFE).- El ruido de las urbes se ha convertido en ese vecino molesto con el que nos hemos resignado a convivir, pero entre la polifonía de motores, cláxones, voces u obras se ha colado el sonido de otros martillos, los que producen las notas musicales de los siete pianos con los que este viernes ha amanecido Valladolid en sus lugares más emblemáticos.

La inspiración no suele avisar y cuando emerge es esencial aprovechar el momento y si eres músico y sabes tocar el piano estás de suerte, porque podrás convertir ese apretón creativo en el deleite de los viandantes que visiten hoy la ciudad del Pisuerga y espacios como su Plaza Mayor, la calle Santiago, la Plaza de la Universidad y de Zorrilla, San Pablo, San Benito o el Pasaje Gutiérrez.

El alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero (i), toca el piano a la puerta la del Ayuntamiento este viernes. Siete pianos de cola se han distribuido en las principales calles y plazas de la ciudad de Valladolid. EFE/Nacho Gallego

La iniciativa, puesta en marcha por Fundación Occidente y el Concurso Internacional María Canals, en colaboración con el Ayuntamiento, tiene como fin promover la divulgación y la práctica universal de la música a través de la participación ciudadana.

Así, los pianistas que paseaban hoy por las calles de la ciudad han liberado sus manos del paraguas que les resguardaba de la lluvia y se han sentado frente a un piano de cola para tocar esa melodía preferida para la que no es necesaria una partitura.

Pianistas entre las calles

Este es el caso de Javier Gutiérrez un madrileño afincado en Valladolid desde hace unos meses que, tras quedar en el paro, decidió sacarse algún dinero tocando su piano electrónico en las calles de la ciudad y que hoy ha podido cambiar los sonidos sintetizados de su instrumento por los suaves martilleos de un piano de cola.

El ‘Canon en re mayor de Pachelbel’ ha sido la pieza que Javier ha escogido para tocar frente a la Plaza Mayor de Valladolid. Una obra que le trae «muy buenos recuerdos», ya que fue la que le despertó el interés por la música hace más de 15 años, explica sentado en el piano a la Agencia EFE.

Un grupo de personas disfruta de la música al aire libre gracias a los siete pianos de cola que este viernes se han distribuido en las principales calles y plazas de la ciudad de Valladolid. EFE/Nacho Gallego

Cuenta que para él, además de su sustento actual, la música es una «vía de escape» de las emociones y más en el momento complicado por el que ahora atraviesa al haberse quedado sin empleo: «La música puede elevarte, pero también puede hacerte caer en la melancolía», reflexiona este pianista que también ha sido boxeador y ciclista.

Otra de las que se ha acercado hasta Valladolid, a pesar de vivir en Palencia, ha sido María, que ha celebrado que iniciativas como esta ayuden a «estimular la cultura y a transmitir valores» a los ciudadanos a través de una forma «muy bonita de expresión».

Las «dudas y quebradores de cabeza que supone el proceso creativo» inspiraron por su parte a Andrea Suárez a componer para piano la pieza «borratajo», que ha tocado ante la veintena de curiosos que se han ido congregando poco a poco alrededor del piano atraídos por la música que se colaba entre los soportales de la Plaza Mayor de Valladolid.

Más de sesenta años de diferencia son los que separan al joven Marcos y a Merche, que a pesar de ello han encontrado en la música y en el piano el nexo emocional que proporcionan obras como el ‘Claro de Luna’ o el ‘Para Elisa’, de Beethoven.

Jóvenes, mayores, profesionales o aprendices, curiosos o atrevidos han dejado a un lado el temor de enfrentarse al público y han dado la nota, en el buen sentido, en la ciudad con diferentes estilos musicales, que han pasado de las piezas clásicas de artistas como Beethoven, Mozart o Schubert a otras más modernas y presentes en bandas sonoras de cine, como en la película Amélie. EFE