Valladolid (EFE).- El consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas (Vox), ha rechazado este miércoles que entren en España «personas ilegales que no vienen en concreto a trabajar», al ser preguntado en las Cortes por un mensaje del vicepresidente y líder autonómico de Vox, Juan García-Gallardo, contra los «moros» y para pedir su «billete de vuelta» al generar inseguridad ciudadana.
Durante su comparecencia ante la Comisión de Agricultura y Ganadería del parlamento autonómico, para hacer balance de su gestión en el ecuador de la legislatura, el procurador del Grupo Mixto Francisco Igea ha preguntado a Dueñas por las medidas que piensa tomar contra la «explotación» laboral de inmigrantes en el campo, tras las denuncias y detenciones practicadas en este sentido.
Que quieran trabajar
El consejero ha afirmado que «todo el mundo está un poco de acuerdo» en que a España «deben entrar personas que quieran trabajar».
Ha calificado de «curioso» en este sentido que hace un año una asociación de ganaderos quisiera contratar a un grupo de esquiladores argentinos y finalmente no pudieran hacerlo por impedirlo el Ministerio competente en esta materia, sin que el consejero haya desgranado los motivos aludidos para tomar esa decisión.
«Mientras que tenemos las puertas abiertas para otro perfil, eso sí que es curioso», ha zanjado Dueñas para responder a Igea quien ha considerado una «verdadera vergüenza» los mensajes trasladados por los dirigentes de Vox, en referencia al tuit publicado por García-Gallardo, que ha denunciado como una «barbaridad».
«No te lo dicen, pero son moros. La creciente población marroquí está deteriorando la convivencia en Medina del Campo, como en tantos otros sitios. Los vecinos tienen derecho a vivir sin miedo. Billete de vuelta», ha escrito García-Gallardo para comentar una información sobre la pelea desencadenada la pasada madrugada en ese municipio vallisoletano, que se ha saldado con un herido por arma blanca.
Igea ha denunciado esta visión de la migración por parte de los representantes de Vox, a quienes ha acusado de no tener en cuenta que muchos de los inmigrantes que trabajan en el campo de la comunidad lo hacen hasta doce horas diarias, viviendo hacinados, sin agua y durmiendo sobre colchones y que «gran parte de ellos son marroquíes». EFE
