Ávila (EFE).- La música de los catalanes de ‘Always drinking marching band’ ha «inundado» con su alegre fanfarria el centro de la capital abulense este viernes, dentro de la segunda jornada de la duodécima edición del Festival Internacional de Circo de Castilla y León ‘Cir&Co’.
Partiendo del atrio de la basílica de San Vicente, junto al lienzo este de la muralla de Ávila, los nueve integrantes del grupo se han ‘llevado de calle’ a los cientos de abulenses y visitantes que llenaban las calles de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Y lo han hecho con el espectáculo ‘La calle es nuestra’, con el que han «arrastrado» tras de sí al público que se iban encontrando por las calles del centro de Ávila, al verse sorprendido por el bullicio y la fiesta que desprendía sus trompetas, tambores, saxofón, platillos y guitarra.
Todo ello, completado con el animador de la fiesta que, altavoz en ristre, ha ido interactuando con el público que los seguía y el que salía a su paso en las distintas paradas que han ido realizando junto a la muralla de Ávila y en distintos escenarios del centro histórico.
Ataviados de manera informal, algunos con chanclas, y vestidos de amarillo, los nueve integrantes del grupo han ido interpretando distintos temas, complementados con el humor del ‘líder’, que también ha hecho malabares y ha interactuado con el público a lo largo del trayecto.
En una de sus paradas, quien portaba el altavoz ha cogido una de las sillas de una terraza, para hacer equilibrios imposibles con ella, entre los aplausos del público, siempre sin perder el ritmo de la banda, que no ha parado en ningún momento.
De esta manera, el bullicio y la fiesta de ‘Always drinking marching band’ se ha ido apoderando de un centro de Ávila que, aunque habitualmente suele ser silencioso, este viernes se ha tornado en bullicioso.
Un viaje intergeneracional
Y todo ello en un festival que comenzó el jueves con la emoción de la compañía catalana ‘Cíclicus’, que puso en escena el espectáculo ‘Vetus Venustas’ en el Centro de Exposiciones y Congresos «Lienzo Norte».
Esa reflexión sobre el paso del tiempo, a partir de un viaje intergeneracional que incorporó a artistas decanos del circo, fue la antesala del estreno mundial, que tuvo lugar en una abarrotada plaza del Mercado Chico, en pleno centro de la ciudad.
Se trata de la compañía sa ‘Le Petits Bras’, que puso en escena el espectáculo ‘Vent d’Ouest’, que mezcló el humor con unas acrobacias casi imposibles, que fueron reconocidas por un público entregado, que podrán volverse a ver esta medianoche en el mismo escenario.EFE
