Burgos (EFE).- El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), José Luis Concepción, ha criticado en su discurso de apertura del año judicial los “ataques a la cúpula judicial y a los jueces y la pasividad de la sociedad contra los peligros para el Estado y la polarización».
En un acto al que han asistido varios del Consejo General del Poder Judicial y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, Concepción se ha mostrado convencido de que tras veinte años este será su último discurso, ya que será relevado después de superar en tres años el periodo máximo al frente del Alto Tribunal Autonómico.

La Justicia y el Poder
En su discurso ha afirmado que la “vitola de corrupción y la tentación de injerencia resultan consustanciales a las altas esferas de poder, aunque lo importante es que existan hombres y mujeres, también con altas responsabilidades, dispuestos a resistir la seducción de la que, normalmente, aquellas se acompañan”.
De hecho, ha considerado una “extraordinaria noticia” que el Consejo General del Poder Judicial haya recuperado su normal funcionamiento “tras cinco años de bloqueo y los dos últimos agónicos, debido al interesado recorte de sus más importantes funciones”.
Concepción ha recordado su discurso del año pasado, en el que se refirió al “vertiginoso proceso de descomposición” de España, los ataques a la cúpula judicial y los jueces y la eliminación de la efectividad de resoluciones judiciales usando el derecho de gracia.
Pasividad social
En su opinión, esa situación “ha empeorado ostensiblemente” por el “relativismo y pasividad” de gran parte de la sociedad que piensa que “la destrucción del Estado de Derecho no se va a acabar produciendo en España no se por qué extraño sortilegio; y por la polarización a la que “de manera interesada y torticera” se ha conducido a determinados sectores de la sociedad española.
Además, ha acusado a algunos poderes públicos de instigar a difamar a los jueces y existen medios de comunicación social que se convierten en altavoces de “sus injustas maledicencias”.
“Incluso instituciones cuya misión es preservar la normal aplicación de la ley, que por una actuación interesada han caído en el más absoluto de los descréditos y han colocado en situación comprometida y desalentadora a la mayoría de los magníficos profesionales que las integran”, ha afirmado el presidente del TSJCYL. EFE