Valladolid (EFE).- La nueva proposición de Ley de Concordia que presentará en solitario Vox en Castilla y León, tras rechazar las Cortes la pactada con el PP, incluirá la asunción por parte de las istraciones públicas de las labores de exhumación de fosas comunes de la guerra civil y la posterior dictadura, según ha explicado este miércoles a EFE el exvicepresidente de la Junta y portavoz parlamentario de Vox, Juan García-Gallardo.
Aunque ha preferido no aportar detalles sobre las diferencias que incluirá este nuevo texto legislativo respecto al que pactó con el PP, García-Gallardo ha sostenido que «hay otra forma de organizar las exhumaciones, que se pueden hacer directamente desde las istraciones públicas», en lugar de que sean asumidas por las asociaciones memorialistas.

En su opinión, estas entidades constituyen una «industria política», vinculada a las «cuestiones de memoria histórica que le han servido para imponer una visión única, falsa, sectaria y sesgada de la historia», por lo que se ha mostrado partidario de que sean las istraciones las que atiendan a las familias que busquen a sus antepasados.
«Hay que tratar con toda la dignidad a todas las víctimas, de cualquier bando», ha resumido García-Gallardo, quien ha incluido también, dentro de esa «industria política» que quiere erradicar, a los «chiringuitos de género».
El exvicepresidente ha sostenido que el PP hace «una defensa férrea de la actividad de estas asociaciones» que «viven de esto», mientras que Vox entiende que hay otra forma de acometer las exhumaciones: «Si alguien sabe que su familiar está enterrado en un determinado lugar, nosotros somos partidarios de que a esa persona se le pueda dar un entierro digno. Esto es lo que hace una sociedad avanzada, un país civilizado».
Industria política
Lo que no quiere es «alimentar a satélites», ya que entiende que eso sirve para «crear un relato de izquierda, según el cual hubo unos abuelos muy buenos y unos abuelos muy malos» con un «sesgo» que rechaza.
«Yo creo que hay mucha gente, descendientes de combatientes de ambos bandos, que lo que están deseando de verdad es poder pasar página y que se deje de recurrir al comodín Franco cuando el PSOE, por ejemplo, quiere tapar algún escándalo suyo, corrupción u otras cuestiones, y lo que quieren también es que el PP deje de vivir arrodillado a la izquierda, haciendo seguidismo de toda la política socialista en esta materia».
Preguntado por la idea expresada en el último pleno de las Cortes, sobre que le da igual que el PSOE le tilde de «franquista» y si esa palabra le define, García-Gallardo ha dicho que «no», que él se considera «español», «patriota» y «católico»: «Intento ser patriota, es algo que tienen que evaluar los demás y en lo demás, pues soy católico».
«En España, para ser libre, hay que perder el miedo a que te llamen facha. A mí ya me han llamado de todo, me han llamado facha, negacionista de absolutamente todo», ha añadido el exvicepresidente.
Libros de texto que adoctrinan
Las Cortes de Castilla y León debatirán el viernes, en su Comisión de Educación, una proposición no de ley en la que Vox reclama a los gobiernos autonómico y central la «inmediata retirada» de libros de texto y materiales educativos que contienen «adoctrinamiento o contenido potencialmente dañino» para la «inocencia de los menores».
Así figura en el texto consultado por EFE y sobre el que deberán pronunciarse los grupos parlamentarios, en el que Vox también reclama «continuar garantizando el conocimiento previo y aceptación de los padres de cualquier contenido afectivo-sexual o ideológico que puedan recibir sus hijos en el aula» y a «asumir un compromiso inequívoco de respetar el derecho de los padres a elegir libremente la educación de sus hijos».
Preguntado por este asunto en una entrevista con EFE, el portavoz parlamentario de Vox y exvicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, ha planteado que, con este tipo de iniciativas, su grupo va a inspirarse en «proteger la inocencia de los niños» e intentarán «desterrar» las «imposiciones ideológicas que puedan estar en presentes en libros de texto» de todas las asignaturas.
«Los niños deben ir al colegio a formarse, a instruirse y no a recibir la ideología de la Agenda 2030 o de la religión o pseudo religión oficial que nos quiere imponer el Gobierno a todos», ha zanjado.
También en centros de salud
Ha comparado este adoctrinamiento que denuncian en las aulas con lo que vivió hace unos días al acudir al centro de salud con su hijo recién nacido: «Vi un cartel que me llamó la atención, con talleres para padres. Vi que había uno incluso sobre los roles de género en la crianza y otros de género».
Ante ese cartel se preguntó si los profesionales tienen que «impartir algunas lecciones de ideología de género para padres», para «imponer una visión» que no comparte: «Nosotros creemos en la igualdad, en la corresponsabilidad, pero no creemos en la ideología de género, que lo que implica es alimentar una guerra de sexos que nosotros no consideramos en ningún caso constructivo», ha indicado.
En los antecedentes de esta iniciativa que se debatirá el viernes, Vox plantea que «desgraciadamente también encontramos en los libros de texto utilizados en Castilla y León» una «apuesta constante por transmitir un pensamiento ajeno al pluralismo ideológico» proclamado en la Constitución.
Este partido atribuye al desarrollo del Estado autonómico y a la cesión de competencias en materia de educación a los distintos gobiernos autonómicos que en los últimos años se hayan desarrollado «políticas educativas que socavan el derecho de los padres a elegir libremente la educación de sus hijos mediante la aprobación de contenidos educativos claramente ideológicos».
Para Vox, «en muchos casos los contenidos chocan abiertamente, no solo con las convicciones morales, políticas o religiosas de los padres, sino con la propia verdad científica o histórica».
Ideología en las aulas
Asegura la iniciativa firmada por el procurador Carlos Menéndez, anterior portavoz del Grupo, que «buena parte» de los alumnos «encuentran sus libros de texto curriculares contenidos manifiestamente ideológicos que nada tienen que ver con el conocimiento científico y académico riguroso, camuflados como material académico; así como inexactitudes o directamente mentiras» sobre la historia o la realidad social y política de España.
Entiende Vox que «actualmente se está imponiendo a través de muchos libros de texto una serie de conceptos ideológicos que pretenden crear identidades artificiales, basadas en circunstancias personales o geográficas con el fin de socavar la concordia y unidad entre españoles, vecinos o dentro de las propias familias».
Como ejemplos, la proposición no de ley entrecomilla algunos de los contenidos que cuestionan, agrupados con los epígrafes «ideología de género», «ideología climática», «manipulación política» y «Agenda 2030».
Rechazan, en concreto, que los libros de texto puedan hablar de «auge de la extrema derecha», que se vincule con ella a dirigentes como el expresidente estadounidense Donald Trump o el brasileño Jair Bolsonaro y que hablen del «discurso ultranacionalista, xenófobo, autoritario y populista» de Vox, entre otros ejemplos detallados en el documento que someterán mañana a votación.EFE