El cineasta rumano Emanuel Parvu presenta dentro de la sección oficial de la 69 edición de la SEMINCI, su película "Tres kilómetros al fin del mundo", este miércoles en Valladolid.- EFE/Nacho Gallego

El cine de Rumanía opta a los Oscar con una revisión del país tras la era Ceaucescu

Valladolid (EFE).- El dramaturgo y cineasta Emanuel Parvu representará a Rumanía en la próxima edición de los Premios Óscar con «Tres kilómetros al fin del mundo», una película que en cierto modo testa la situación del país más de tres décadas después de la caída del dictador Nicolae Ceaucescu.

Una agresión homofóbica vertebra todo el filme, estrenado este miércoles en la sección oficial de la 69ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), que analiza otros aspectos culturales y sociales de este país de la Europa del este.

Parvu se sirve para ello, a escala, de una pequeña comunidad rural situada en el delta del Danubio, frontera fluvial entre Rumanía y Bulgaria, donde detecta otros aspectos como el caciquismo, los privilegios de clase, la corrupción económica y la tibia protección de la ley por una precaria autoridad policial y judicial.

El cineasta rumano Emanuel Parvu presenta dentro de la sección oficial de la 69 edición de la SEMINCI, su película «Tres kilómetros al fin del mundo», este miércoles en Valladolid.- EFE/Nacho Gallego

Dos mundos que colisionan

Eligió esta localización porque en ella chocan «dos civilizaciones que se necesitan la una a la otra»: los visitantes hipster y urbanos y la gente más tradicional, que conviven durante tres meses en verano dentro de un entorno fluvial , de ocio y recreo, en cierto modo una metáfora de la tensión entre tradición y modernidad en que se debate el país.

Parvu, durante una comparecencia informativa, ha precisado que el filme no trata en particular sobre la homofobia, sino que explora el trato a las minorías por raza, género u orientación sexual, aunque ha reconocido que cuando presentó la película en Rumanía recibió insultos de por qué se tenía que mostrar a personas gay en el cine.

«No vamos a la velocidad adecuada para respetar a todo el mundo, hay sitio para todos», ha reivindicado antes de reflexionar sobre la necesidad de poner el foco en las guerras como las de Gaza y Ucrania y el cuidado a los demás.

Noul val romanesc

Preguntado por la’ Noul val românesc’, la nueva ola del cine rumano que arrancó en 2004, ha explicado que trajo muchos temas sociales y reconocido que sus producciones se inspiran en lo que sucede a su alrededor.

El director rumano retorna seis años después a la Seminci, donde obtuvo el premio a mejor corto extranjero de la sección Punto de Encuentro por ‘Everything is far away’ (2018), con una producción en la que abandona la cámara en mano para mostrar una fotografías fija, aunque con desencuadres al estilo del cineasta japonés Yasujiro Ozu, los llamados ‘Tatami shot’.

«Creo que no podíamos contar esta historia («Tres mil kilómetros…») cámara en mano porque si no habría demasiada violencia, hay muchos planos abiertos en contraposición a la mente cerrada de algunos personajes y encuadramos mal algunos planos de forma deliberada», ha desvelado.

Sin embargo, no es el único galardón que ha obtenido Parvu: con «Tres kilómetros al fin del mundo» se alzó con la Queer Palm del Festival de Cannes y en 2017, con su primera película («The Not So Bright Side of Things»), obtuvo dos premios Heart of Sarajevo, al mejor director y al mejor actor.

Cine griego

Ha concursado también este miércoles la segunda de las dos películas de dirección griega, «Harvest», de la experimentada Athina Rachel Tsangari, una metáfora de las realciones de fuerza y poder en un territorio: un señorío de propiedad aristócrata y vasallaje en la producción, distribución y usufructo de la tierra.

Tsangari no da pistas sobre la época ni el lugar donde se desarrolla la acción, una reflexión a escala de la geopolítica mundial que, en el caso de la película, desemboca en la desaparición del pueblo después de una semana de ultrajes, cambios de poder, violencia y muerte. EFE