Valladolid (EFE).- La médico de la Unidad de Soporte Avanzado que fue en ambulancia con David M.L., acusado de asesinar a su pareja, Paloma, de 45 años, y a la hija de ella, India, de 8, ha asegurado que, tras los crímenes, al trasladar al procesado al hospital, no apreció síntomas de consumo de droga ni alcohol.
Estaba consciente, erguido en la silla, no presentaba ni tendencia al sueño, ni balbuceaba, ni tenía la voz pastosa, ha relatado la médica en su declaración como testigo este jueves durante el juicio que se sigue contra David M.L., de 44 años en el momento de los hechos y que se enfrenta a una petición de prisión permanente revisable.

Fue durante la madrugada del 23 de enero de 2023, cuando el supuesto autor apuñaló a las dos víctimas en un quinto piso de un edificio del céntrico Paseo Zorrilla de Valladolid, donde convivían, tras lo que se autolesionó, por lo que tuvo que ser conducido hasta un centro hospitalario.
Tenía «pequeñas heriditas, probablemente de la punta de un cuchillo» y, aunque antes había contestado a varias preguntas de la médica, cuando le cuestionó sobre cómo se había hecho esas lesiones, el ahora procesado no dijo nada, ha descrito la testigo.
«La que he liado»
Durante el trayecto al Hospital Clínico de Valladolid, el encausado manifestó a la enfermera, que también viajaba en la ambulancia con la médica y un policía de custodia, la frase «la que se va a liar», mientras se llevaba las manos a la cabeza, ha relatado la enfermera en su comparecencia como testigo.
«La que has liado», le respondió la enfermera, a lo que el acusado contestó «sí, la que he liado», ha agregado en su testimonio, en el que ha subrayado que el procesado estaba plenamente consciente, ni con habla pastosa ni fuerte olor a alcohol -signos típicos de estar borracho-.
También durante esta sesión de la vista oral, que se lleva a cabo con jurado popular, ha declarado la madre de Paloma y abuela de la pequeña India, quien ha explicado que David M.L., quien conoció a su hija por una red social, fue a convivir con ella y con la niña poco tiempo después de empezar la relación.
«Mis hijas -dos hermanas de Paloma- no podían verle, veían algo que no les gustaba y querían que acabara esa relación», ha especificado.
Tan posesivo que decidió sobre sus vidas
Ha definido al acusado como controlador y posesivo «hasta tal punto que decidió sobre sus vidas»- la de su pareja, Paloma, y la hija de ella-, ha resumido la testigo, visiblemente emocionada y con llanto, unas circunstancias que se han repetido en las declaraciones de otros familiares y allegados de las víctimas esta jornada.

«Yo le decía contínuamente a Paloma: esta persona no es para ti»; pero «cuando una persona está enamorada te ciega el amor», ha expuesto una de las hermanas de Paloma.
Otra hermana de Paloma ha contado cómo un amigo suyo le comentó que David M.L. era jugador, le gustaban las mujeres, la noche y había pedido dinero que se había jugado después a las tragaperras.
Era completamente controlador, tenía contínuamente la ubicación de Paloma y ella lo interpretaba como que se preocupaba por ella. «Enmascaraba las cosas y hacía pensar que era normal, era superceloso» y se ponía «enfermo» cada vez que llamaba el padre de India, ha añadido.
Tras comentar a Paloma lo que pensaba del procesado, ella dijo que por favor la respetase, ha sintetizado.
«Cuando le dejamos estaba perfectamente»
Como testigo también ha comparecido este jueves un conocido del procesado que ha dicho que la tarde-noche antes de que ocurrieran los hechos el acusado se tomó una cerveza en el bar en el que él trabajaba.
Después, junto a otra persona, tomaron tres copas cada uno, según el testigo, que ha manifestado que cuando se marchó con el otro acompañante, sobre las 22.00 horas, el procesado dijo que se quedaba.
Tras explicar que en aquella fecha no le vio consumir droga, ha agregado que cuando dejaron a David M.L, el acusado estaba «perfectamente».
Durante esta sesión, la segunda del juicio, ocho testigos han declarado sin público en la Sala de vistas, ya que han proyectado imágenes de la casa en el que fueron encontrados los cuerpos de las víctimas.
La jornada se ha desarrollado durante unas seis horas con la comparecencia de 24 testigos y está previsto que continúe mañana con la asistencia de peritos, tras lo que previsiblemente declarará el acusado, cuya defensa solicitó que lo hiciera en último lugar.
En la sesión de hoy, se han escuchado algunos insultos en la sala dirigidos al encausado, al que han llamado asesino y cobarde, ante lo que el magistrado presidente ha cortado este comportamiento al señalar que expulsaría de la Sala.
Por el asesinato de Paloma, el fiscal reclama provisionalmente veinticinco años de prisión y por el de la niña de 8 años prisión permanente revisable, ademas del pago de indemnizaciones.
En el proceso están personadas tres acusaciones particulares -la familia de Paloma, el padre de la niña y la Junta- y una acción popular, la Asociación Clara Campoamor, que también incluyen en sus solicitud de penas la prisión permanente revisable, mientras la defensa califica los dos crímenes como homicidios y demanda en total 25 años de cárcel. EFE