Valladolid, 9 ene (EFE).- La concentración motera invernal más grande de Europa, «Pingüinos», arranca este fin de semana en Valladolid con más de 42.000 participantes inscritos y con un especial homenaje a las víctimas de la Dana de Valencia.
«Pingüinos Arena», que es la denominación que tendrá a partir de ahora las instalaciones de la Antigua Hípica Militar de Valladolid que alberga esta concentración, ya ha recibido a los participantes más madrugadores, en una primera jornada marcada por la lluvia.
Ya está todo preparado para el desarrollo de esta 42 edición de «Pingüinos» en la que se espera contar con más de 42.000 participantes, tal y como ha asegurado el coordinador general del Club Turismoto, organizador del evento, José Manuel Navas, quien ha remarcado la importancia de la «calidad» sobre la «cantidad».

En este sentido, ha explicado a los medios que la reunión motera implica ofrecer la mejor imagen de Valladolid, y por ello trabajan cada año para que «los que visiten Pingüinos, repitan, no solo en la siguiente edición, sino a la hora de visitar la ciudad en otras épocas del año».
El objetivo de esta cita es que los asistentes disfruten del ambiente de la acampada, de los conciertos, que correrán a cargo de grupos de Valladolid excepto el de Seguridad Social, que es una banda valenciana porque en esta ocasión han querido dedicar la reunión a los afectados por la Dana en la Comunidad Valenciana.
Por eso, también ondea la bandera de Valencia en lo más alto de la estructura creada para la falla pingüinera en homenaje a todas las víctimas de esa catástrofe natural y a sus familiares.
El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha visitado este jueves el «nido de Pingüinos», que pasará a denominarse «Pingüinos Arena» ya que «tiene su sentido gracias a la celebración de esta cita motera, que es la que ha puesto de manifiesto su capacidad y la buena ubicación del espacio para diferentes actividades».
En opinión del edil, Pingüinos ya es una concentración consolidada, que ha adquirido un gran prestigio y que permite difundir la «hospitalidad» de los vallisoletanos y su total entrega a un evento que «no solo tiene una importante repercusión económica, sino sobre todo, social», ha dicho.
«Es un santo y seña de la ciudad, que nos permite alargar las fiestas navideñas, y que implica la participación de muchos efectivos para garantizar la seguridad de los participantes, gracias al trabajo de la Policía Municipal y Nacional, los Bomberos, Guardia Civil y Protección Civil», ha detallado.

Carnero ha recordado que, para facilitar el traslado hasta «Pingüinos Arena» y evitar posibles accidentes, se han habilitado varias lanzaderas de autobuses, que se añaden a las líneas 18 y 19 que llegan hasta el lugar de acampada.
Durante los cuatros días de la celebración de Pingüinos, se incrementarán los controles de velocidad, de alcohol y drogas, así como de conductas arriesgadas en los alrededores de la concentración, con agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, un helicóptero Pegasus y varios drones.
Asimismo, durante el desarrollo del desfile de banderas y antorchas se realizarán cortes de tráfico por diferentes puntos de la ciudad, para los que la DGT ha ofrecido rutas alternativas, con el fin de evitar problemas de circulación.
A esto se añade el dispositivo especial de Cruz Roja, en el que intervendrán cuarenta personas voluntarias, cuatro vehículos y el Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias, para garantizar la cobertura sociosanitaria de los asistentes al evento.
Aunque será a partir del viernes por la tarde y el sábado, cuando se contabilice el mayor número de participantes, algunos de ellos ya han hecho acopio de leña y han buscado el mejor sitio para montar sus tiendas y sus estructuras, que han ido mejorando con el paso del tiempo.
Así, los DeVall Riders, un grupo de aficionados a las motos procedentes de diferentes localidades de Valladolid, han ido aumentando el espacio, para poder contar con una zona de ocio y diversión, y otra para descansar cuando los cuerpos ya pidan un receso a lo largo de las jornadas.
Fernando, que es uno de los fundadores de esta agrupación, es un habitual de Pingüinos, ya que con 14 años algunos ya tenían moto -eran otros tiempos- y esa experiencia le ha permitido ir añadiendo más aparejos y artilugios con los que hacer de la acampada una segunda casa.
En el caso de Simón, se ha traído una tienda más pequeña, para él y su hijo Saúl, de siete años, y que lleva desde los tres acudiendo a la concentración con su moto a medida, que pasea por los alrededores, dentro de un espacio controlado, mientras que el padre se sacrifica y deja la suya en Ourense.
Mojados han llegado a las instalaciones pingüineras, por primera vez, Esteban y José, el primero, procedente de Barcelona y, el segundo, de Mallorca -viajando en barco hasta Barcelona, y desde la Ciudad Condal hasta Valladolid, en su moto- para disfrutar de una merecida jubilación, que ahora le ha permitido poder acudir a esta reunión.
Empiezan los reencuentros de muchos moteros, que se ven de año en año en «Pingüinos», de ahí que la concentración se haya convertido, como bien ha comentado el alcalde, en un evento con gran trascendencia social, tanto para propios, como para extraños. EFE