Susana Mª Timón Sánchez, científica titular de la oficina del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) en Salamanca. EFE/J.M. García

Minerales críticos en Castilla y León: del wolframio de Salamanca al magnesio de Soria

Cristina García Casado | Salamanca (EFE).- Castilla y León alberga minerales considerados críticos por la Unión Europea como el wolframio, cuya única mina activa en España está en Barruecopardo (Salamanca), con explotaciones activas de magnesio en Borobia (Soria) y un proyecto para extraer grafito en Segovia, entre otros.

«La comunidad cuenta con recursos propios de los elementos críticos y estratégicos que identifica la Comisión Europea en una lista cada tres años. En 2023, identificó 34 elementos o grupos de elementos que son críticos para el desarrollo de la economía, entre ellos el niobio, el flúor, el feldespato, el magnesio o el estroncio», explica en una entrevista con EFE Susana Mª Timón Sánchez, científica titular de la oficina del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) en Salamanca.

Susana Mª Timón Sánchez, científica titular de la oficina del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) en Salamanca explica. EFE/J.M. García

Los minerales críticos y las tierras raras se han instalado en la conversación cotidiana por su demanda e importancia en el actual contexto geopolítico, y Castilla y León tiene tanto unos recursos como un potencial que no son muy conocidos por los ciudadanos como suele ocurrir con la geología, una disciplina que tiene pendiente «mejorar su proyección social», como apunta la experta.

De esos 34 elementos, 17 se consideran materias primas estratégicas para sectores como el de las energías renovables, la movilidad eléctrica y los ámbitos industrial, digital, aeroespacial y defensa, entre ellos el wolframio, el litio, las tierras raras, el cobalto, el níquel o el grafito.

En Barruecopardo (Salamanca) está la única mina activa de España para obtener wolframio, que opera desde 2019, a cielo abierto, con una producción de 1,1 Mt/año de mineral, con un contenido de 260 kt de WO3 produciendo concentrado de ‘scheelita’ de alta calidad.

Hasta 2011 toda la producción española procedía en exclusiva de la mina salmantina de Los Santos-Fuenterroble y, por otro lado, en Zamora hay zonas de interés en el área de Calabor, Hermisende-La Tejera, o en el entorno del granito de Ricobayo, entre otras.

Depósitos conocidos aún por explotar

En estas zonas se localizaban antiguas minas en las que tradicionalmente se explotaban el estaño, el wolframio, o ambos, pero asociados a estos elementos pueden presentarse otros metales críticos o estratégicos, como el niobio, el tántalo o el litio, lo cual indica, «que buena parte de los recursos contenidos en depósitos conocidos están aún sin explotar» y «es necesario investigar y valorar el potencial real actual de estos yacimientos».

Desde 2011 no hay producción de litio en España, ya que la última explotación se localizó en la Mina Feli, en Fregeneda (Salamanca), y, más allá de esta zona, «se podrían definir algunos dominios de interés para este elemento» como el campo pegmatítico de la Aldehuela de la Bóveda, en el que también existe berilio y la zona de la Barquilla.

Existe también una explotación activa para la obtención de otro elemento crítico, el magnesio, en la mina de magnesita en Borobia, Soria, así como un proyecto para extraer el grafito en la provincia de Segovia.

«En Castilla y León, las tierras raras no han sido nunca aprovechadas, pero, por la situación actual de demanda, podrían presentar interés para la investigación minera en la región», indica Timón.

«Es necesario el aporte de la minería para satisfacer la demanda»

Castilla y León presenta «un gran y variado potencial minero» que deriva de la suma de factores como son la propia geología y también la extensión de la comunidad, recuerda la científica, un territorio que cuenta con recursos minerales metálicos, minerales energéticos, minerales industriales y rocas ornamentales.

«En relación a los aspectos relacionados con la actividad minera, la visión social suele ser negativa, y aunque haya prácticas como el reciclaje y la reutilización que deben tener en el futuro un papel fundamental, es necesario el aporte de la minería para satisfacer la demanda actual de minerales», defiende.

Y agrega: «También hay que pensar que la minería genera riqueza y empleo. Es vital transmitir a la sociedad la importancia de los recursos minerales y la necesidad de realizar exploración y, en su caso, llegar a explotar los depósitos minerales de manera responsable, tal como contemplan las regulaciones europeas». EFE