Valladolid (EFE).- Miles de personas se han agolpado en las calles de Valladolid este Domingo de Ramos para recibir al paso de ‘La Borriquilla’, una procesión protagonizada por las secciones infantiles, y marcada por la lluvia, que ha obligado al paso a refugiarse en la Iglesia Penitencial de Jesús.
La meteorología ha condicionado la tradicional bendición del arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, desde el balcón de la Iglesia de la Vera Cruz, uno de los primeros grandes actos de la Semana Santa vallisoletana, declarada de Interés Turístico Internacional desde el año 1980.
La salida de la talla de la Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz y de la que toma su nombre la cofradía más antigua de la ciudad, ha tenido un significado especial, ya que la cúpula de este templo renacentista situado en la calle Platerías se derrumbó en junio del pasado año durante las obras de reconstrucción, unos daños que ya se han reparado.
Bajo la talla, los cofrades de esta hermandad, con su tradicional paño verde y túnica y capirote negros, han vuelto a salir a la calle -precedidos por las secciones infantiles (de hasta 14 años) de las veinte cofradías- con un conjunto escultórico de titulado ‘La Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén’.
Tallado a mediados de siglo XVI por el imaginero Francisco Giralte representa la llegada de Jesucristo a la ciudad santa a lomos de un burro.

Un recorrido interrumpido por la lluvia
La banda de cornetas y tambores ‘Pureza’, acompañada por otras bandas de cofradías invitadas, ha sido la encargada de poner la música al paso de La Borriquilla, que se ha detenido en la seo vallisoletana, para volver a la Iglesia de la Vera Cruz pasando por calles tan céntricas como Santiago, Ferrari o la plaza Mayor.
En las aceras, abarrotadas, muchos vallisoletanos y turistas de todas las edades se han agolpado para ver en primera fila la que para muchos es la procesión que marca el inicio de la Semana Santa
Sin embargo, han acabado teniendo que sacar los paraguas para hacer frente a una lluvia persistente, que ha llegado en los últimos 40 minutos de procesión, obligando a resguardar el paso en la iglesia de Jesús, mientras se daba por suspendida la procesión.
Previamente, en la Colegiata de Santa María, anexa a la catedral de Valladolid, el arzobispo Luis Argüello ha bendecido las palmas antes de dirigirse en procesión hacia la Iglesia de la Veracruz en un acto ante cerca 200 personas, entre ellas, el alcalde de Valladolid Jesús Julio Carnero.

Bendición pese inclemencias
Una hora y media después de lo previsto, cuando el paso ya estaba en la Vera Cruz -han aprovechado que ha parado de llover para moverlo- el arzobispo de Valladolid ha salido al balcón del templo renacentista para dar su bendición a los cofrades y visitantes presentes, muchos menos que en las horas anteriores.
«Esta peregrinación que hemos hecho desde la Catedral hasta esta casa de la Vera Cruz, en medio de alguna inclemencia del tiempo, es también una parábola de lo que tenemos que estar dispuestos a hacer con las dificultades de la vida», ha afirmado Argüello, tras agradecer su «paciencia y presencia» al público que se encontraba en las aceras de la calle Platerías.
La bendición ha concluido con el canto del himno ‘Hossana al Hijo de David’ y el rezo de un Ave María, antes de que los centenares de personas aún presentes prorrumpieran en aplausos.EFE.