El subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales (d), y el jefe superior de la Policía Nacional en Valladolid, Francisco Javier Oterino, informan de la operación policial en Valladolid. EFE/ Nacho Gallego

Desarticulan un clan familiar que explotaba sexualmente a mujeres amenazadas con santería

Valladolid (EFE).- La Policía Nacional ha liberado a trece víctimas y ha detenido a ocho personas en Valladolid, de un clan familiar que explotaba sexualmente a mujeres de diferentes nacionalidades en situación de vulnerabilidad, a las que amenazaban por medio de la santería y controlaban con videovigilancia.

La principal captadora, una matriarca de origen paraguayo, llegó a proporcionar a la red criminal mujeres de su propia familia para que fueran explotadas sexualmente y su hija mayor era la que se encargaba de la contabilidad de las ganancias y la dirección de la acción criminal del clan, ha explicado este lunes en una rueda de prensa el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales.

Víctimas de cuatro nacionalidades

Las víctimas, de origen paraguayo, peruano, argentino y español eran captadas tanto en sus países de origen como en España y eran obligadas a prostituirse en diferentes locales que el clan disponía en varios puntos repartidos por la ciudad.
La investigación, que ha durado un año, se originó gracias a la denuncia de una de las víctimas, momento en el que los agentes pusieron el foco en algunos de esta familia, que habían sido investigados con anterioridad por delitos similares de explotación sexual.

En su denuncia, la víctima explicó que había sido captada por una mujer, que la convenció para que ejerciera la prostitución en uno de los locales que tenía en Valladolid, «aprovechándose de su situación de vulnerabilidad» al encontrarse de forma irregular en el país y sin posibilidad de obtener ingresos con los que enviar dinero a su país de origen, ha explicado Canales.

En este sentido, el subdelegado del Gobierno ha destacado el «compromiso y sensibilidad» de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y del Gobierno de España en este tipo de casos de trata de seres humanos y ha explicado cómo a estas víctimas se les proporciona un trabajo y se les regulariza su situación en España.

Asimismo, además de la trata de seres humanos, a los detenidos también se les imputa la posible comisión de un delito de tráfico de drogas, ya que en estos locales en los que obligaban a las víctimas a ejercer la prostitución también se producía la venta de sustancias estupefacientes.

Amedrentadas con santería por el clan

Como han detallado los investigadores, las víctimas recién captadas eran consideradas por el clan «de su propiedad» hasta que saldaban la deuda contraída por la financiación de su viaje hasta España o generaban suficientes ganancias para los investigados.

Por ello, durante los primeros meses en que las víctimas se encontraban bajo el control del clan familiar, la matriarca las alojaba en un piso controlado por su nuera, quien actuaba como encargada de su explotación sexual, fijaba las tarifas de los servicios de prostitución, cobraba a los clientes y autorizaba a las victimas sus breves salidas del domicilio para comprar víveres y productos de primera necesidad.

Esto se debía a que el clan tenía que darles su consentimiento para que pudieran salir del piso, permaneciendo el resto del tiempo hacinadas en la pequeña vivienda, en la que llegaban a pernoctar ocho mujeres repartidas en dos pequeños dormitorios con dos camas individuales cada uno.

Además, todas ellas vivían amedrentadas por los ritos santeros que el clan practicaba sobre las víctimas, hasta el punto que estas se referían a la hija mayor del clan como la ‘Santa Muerte’, que era como tenían guardado su o en sus móviles.
Estos ritos ejercían un gran control psicológico sobre las víctimas, hasta el punto en el que clan familiar había instalado en dos de sus pisos altares dedicados a estas prácticas.

En estos momentos, los ocho detenidos se encuentran en libertad con cargos a la espera de juicio. EFE