Barcelona (EFE).- El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha anunciado que mañana jueves convocará una reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo del Govern para dar los primeros pasos y «concreciones» con relación a los acuerdos con el PSOE, que considera que abren una «nueva etapa» en su mandato.
Así lo ha asegurado durante la sesión de control en el pleno del Parlamento de Cataluña. «Ya estamos en una nueva etapa. Mañana tomaremos las primeras decisiones para el desarrollo para unos acuerdos que son buenos para la ciudadanía», ha señalado el mandatario, cuando respondía al republicano Josep Maria Jové.
Según han explicado fuentes de la Generalitat, esa reunión extraordinaria del Govern será a las 15:30 horas y, posteriormente, sobre las 17:00 horas, el presidente comparecerá ante los medios.
Aragonès realizará un diagnóstico de la situación y, en consecuencia, tomará mañana diversas decisiones y realizará «encargos concretos» a sus consellers en relación con diversos ámbitos de esos acuerdos de ERC con los socialistas.
Entre esas carpetas, apuntan esas fuentes, estarán mañana Rodalies y el probable nombramiento de un comisionado para su traspaso; la quita de la deuda autonómica acordada con el PSOE y el objetivo ahora de ERC de lograr una financiación «singular» para Cataluña en 2024; o la aceleración de la negociación con el Estado para intentar pactar un referéndum de autodeterminación.
El dirigente, agregan desde la Plaza Sant Jaume, es consciente de que el escenario ha cambiado tras la investidura de Sánchez, no solo en las relaciones con la Moncloa, sino también por la aprobación de la amnistía, la «coincidencia estratégica» con Junts en la negociación y la fuerza que ambos partidos ejercerán en el Congreso.
Todo ello supone el inicio de «una nueva etapa» en Cataluña, un concepto que el presidente ha repetido este miércoles en cada una de las réplicas a los diferentes líderes parlamentarios.
«Ya estamos en una nueva etapa, se vea o no se vea. Los que habían rechazado la amnistía hasta hace poco, hoy la tramitan en el Congreso. Los que consideraban que la vía de la negociación no se tenía que intentar, hoy apuestan por ella», ha sugerido, en alusión a los socialistas y a Junts, respectivamente.
Pero Aragonès ha advertido de que ERC no quiere afrontar esa nueva etapa en soledad, sino que lo quiere hacer «acompañado de una amplia mayoría parlamentaria, con el objetivo de que Cataluña pueda decidir libremente en un referéndum» acordado.
En esa línea, ha lanzado un mensaje claro a su antiguo socio de coalición, Junts: «Estamos ante una oportunidad histórica. Nunca como hasta ahora el soberanismo había tenido tanta capacidad de incidencia. Y toca hacer política grande y la historia nos pasará cuentas. No entraré en política de miserias pequeñas o reproches, no es útil. Les tiendo la mano. Lleguemos a acuerdos».
Pero Junts, que ya había sido muy crítico durante su intervención en el hemiciclo, ha tardado apenas minutos en censurar el anuncio del president: «Aragonès evita debatir sobre Rodalies en el Parlament y explicar su acuerdo sobre esta materia, pero en cambio convoca una reunión extraordinaria del Govern para abordar esta cuestión. ¿Dónde queda el respeto al Parlament», ha afeado a través de la red social X la portavoz de Junts, Mònica Sales.
Unas palabras en la línea de lo expresado antes en la Cámara por el jefe de la bancada de ese grupo, Albert Batet, que ha reprochado a Aragonès que decidiera aplazar el pleno monográfico sobre Rodalies que el propio president convocó.
«Es un tema urgente y no hay excusas suficientes. No puede continuar dando la espalda a este Parlament. Si el acuerdo de Rodalies es tan bueno y no es un acuerdo ‘fake’, explíquelo aquí», ha aseverado Batet, que ha acusado a Aragonès de gobernar «sin apoyo del Parlament».
El presidente, no obstante, ha argumentado que no tenía sentido celebrar ese pleno justo cuando se ha cerrado un acuerdo sobre Rodalies, que tardará «meses en desarrollarse», por lo que es «razonable» que comparezca cuando pueda explicar más detalles del desarrollo de ese traspaso.
Pero el guante que Aragonès lanzó esta semana a Junts y la CUP para unir fuerzas en la mesa de negociación con el Estado tampoco lo han recogido los anticapitalistas, que han pedido al president «abandonar su sumisión al Estado», como demuestra un pacto con el PSOE que supone la «renuncia de facto a la autodeterminación».
«Nos tiende una mano mientras tiene la otra aferrada al PSC. En lo que respecta a mesas de diálogo, nosotros solo hablaremos de autodeterminación, referéndum e independencia. No nos espere para otros diálogos que busquen otro encaje en España», ha avisado el diputado Carles Riera.