Aspecto de la muestra 'Archivo: "03: 12 maderas y 52 piezas varias", en la Fundació Joan Miró que hoy ha iniciado el calendario de exposiciones y actividades que desarrollará durante la temporada 2024, y que incluirá una exposición sobre las similitudes y conexiones entre los artistas Joan Miró y Pierre Matisse, que será el principal atractivo de la programación de la Fundació Joan Miró de Barcelona el próximo año.

La exposición «Miró-Matisse», el principal atractivo de la temporada 2024 de la Fundació Miró

Barcelona (EFE).- Una exposición sobre las similitudes y conexiones entre los artistas Joan Miró y Pierre Matisse será el principal atractivo de la programación de la Fundació Joan Miró de Barcelona el próximo año.

Esta exposición, que llegará en otoño y que ha sido coorganizada con el Museo Matisse de Niza, cuestionará los estereotipos iniciales a partir de un centenar de obras de ambos, y destacará los puntos en común entre ambos artistas pese a sus diferencias generacionales y de estilos artísticos, ha explicado este viernes el director del centro barcelonés, Marko Daniel.

Los visitantes podrán disfrutar de una experiencia que expondrá las concepciones del arte y las obras de Matisse y Miró y profundizará en su crítica común de la tradición de las imágenes en Occidente.

Asociados a entornos artísticos diferentes, el fauvismo en el caso de Matisse y el surrealismo en el de Miró, y a planteamientos estéticos también diferentes, la exposición tendrá como objetivo mostrar las relaciones profundas, duraderas y constructivas entre ambos artistas, sus concepciones del arte y sus obras.

En 1952, poco antes de la muerte de Matisse, que era mayor que el artista catalán, Miró le escribió para mostrarle su «profunda iración»; y Matisse, por su parte, se basó en las obras de Miró para superar la crisis pictórica que experimentó a mediados de la década de 1930, y de hecho conservó y estudió algunas de esas obras en su casa durante muchos años, entre 1935 y 1945.

Aparte de amigos en común -Aragon, Breton, Christian Zervos, Aimé Maeght-, ambos artistas compartían un mismo deseo de crear grandes composiciones destinadas a revitalizar el espacio del entorno: la capilla de las Dominicas de Vence, de finales de los años 40, en el caso de Matisse, o el comedor del Terrace Plaza Hotel de Cincinatti, de la misma época, por parte de Miró.

Matisse siempre dio a la noción de «decorativo» un rol preponderante en su estética, y Miró se dio a conocer a través de la idea del «asesinato de la pintura», dos visiones que en la exposición no se presentarán como contradictorias, porque encierran un mismo deseo de superación de la representación.

La temporada de 2024 comenzará con la primera exposición individual en España del artista vietnamita-estadounidense Tuan Andrew Nguyen (Saigón, 1976), ganador de la octava edición del Premio Joan Miró, que incluirá algunas de las instalaciones de vídeo más relevantes de su producción, así como una selección de sus esculturas realizadas con bombas y proyectiles de artillería usados durante la guerra de Vietnam.

A partir del mes de febrero, el Espai 13, que este año celebra su 45 aniversario, presentará el nuevo ciclo «Nos acompañaremos cuando oscurezca», comisariado por Irina Mutt, una iniciativa que nace con la intención de explorar la interdependencia, explicarla y compartirla a través de cuatro muestras individuales en que cada artista aportará su perspectiva sobre su forma de habitar el mundo, gestionar los espacios y llegar a acuerdos sobre cómo los habitamos.

Los artistas seleccionados en el Espai 13 serán Alba Mayol, Inari Sandell, Danielle Brathwaite-Shirley y Helena Vinent.

En marzo de 2024, una vez finalizada la exposición temporal «Miró-Picasso», la colección de la Fundación Miró retornará al espacio habitual del edificio Sert.

Según ha explicado la jefa de la colección, Teresa Montaner, las obras que conformarán la colección en esta próxima etapa, se presentarán a partir de una serie de ámbitos que pondrán de relieve aspectos fundamentales del proceso creativo de Miró, como la tierra, entendida como naturaleza y también como tradición cultural, la poesía, la materia, el signo, que le sirve de base para escribir un lenguaje propio que será universal, o la pintura mural y el arte anónimo.

Entre los proyectos internacionales, la Fundación Miró participará en una exposición en el Museum Beelden aan Zee de La Haya a partir de septiembre del próximo año, dedicada a la obra escultórica de Miró.

La presentación de la programación de 2024 ha coincidido con la inauguración de la pequeña muestra en el espacio Archivo: «03: 12 maderas y 52 piezas varias».

«Si resulta habitual que durante el proceso de creación de la obra se generen bocetos, anotaciones o declaraciones que a menudo permanecen desconocidos, en algunas ocasiones, ese material es el único vestigio que nos habla de obras que han desaparecido y ese es el caso de la serie de ‘Construcciones de madera’ que Miró realizó en 1930 con la voluntad de seguir poniendo en entredicho el sentido final de la pintura», ha dicho Montaner.

De esas construcciones, que estaban hechas sobre es de madera de 72 x 91 cm, de los que sobresalían otras piezas de madera y a los que se adherían elementos extrapictóricos -cordeles, clavos, esponjas, trapos o alambre-, solo se conservan dos obras, una conservada en el MoMA de Nueva York y otra en Stuttgart.

En la exposición se pueden contemplar los bocetos y documentos que se conservan de esta serie, esenciales para saber que Miró realizó como mínimo 12 Construcciones, para las que empleó 52 piezas de madera que previamente había mandado cortar a un carpintero.

La Fundació Miró, ha señalado Daniel, recuperará este año el número de visitantes de 2019, antes de la pandemia, cerca de 360.000; y para el próximo año contará con más presupuesto, situado en 11 millones de euros.