Un hombre elige un paquete de cigarrillos en una tienda de tabaco de Reino Unido. EFE/Facundo Arrizabalaga

Piden mejorar la atención para ayudar a dejar de fumar a personas con trastornos mentales

Barcelona, (EFE).- El consumo elevado de tabaco comporta la mitad de las muertes en las personas con trastornos mentales y por ello los expertos reclaman mejores intervenciones para ayudar a este colectivo a dejar de fumar, lo que está comprobado que mejora no solo su salud física, sino también la mental.
Con motivo de la Semana Sin Humo, la Red Catalana de Hospitales Sin Humo (XCHSF, siglas en catalán) ha impulsado un manifiesto firmado por una trentena de instituciones científicas, colegios profesionales y hospitales, para sensibilizar sobre el efecto del tabaquismo en este perfil de paciente con problemas de salud mental.
«Son casos en los que se mira más por el tema de la salud mental a la hora de tratarlos, pero muchos acaban muriendo por problemas relacionados con el tabaco», ha resaltado en declaraciones a EFE la investigadora Montserrat Ballbè, coordinadora del manifiesto desde el Grupo de Trabajo de Tabaco y Salud Mental de la XCHSF.
El documento, publicado en la web de la Semana Sin Humo de la XCHSF, aboga por la «normalización» de la intervención sobre el consumo de tabaco en s de servicios de salud mental.

Parte integral de la cartera de servicios de salud


Una intervención que debe ser «parte integral de la cartera de servicios de los hospitales y centros ambulatorios con unidades de salud mental» y que debe estar incluida «en el plan terapéutico de todas las personas atendidas que fumen».
Asimismo, las instituciones que prestan servicios a la atención a la salud mental deben poner a disposición de los pacientes «protocolos de tratamiento efectivos e incentivar la formación de sus profesionales para la intervención en el consumo de tabaco».
Para ello, hay que disponer de los recursos necesarios para poder realizar un abordaje integral del consumo de tabaco y disponer de fármacos para dejar de fumar, así como personal con formación para hacer intervenciones psicológicas en este sentido, subraya el manifiesto.
«Si en una unidad de salud mental un paciente tiene hipertensión o colesterol, se trata; pues el tabaquismo debe ser un abordaje más y debe tratarse, algo que no se ha hecho durante muchos años», ha resaltado Ballbè, que es investigadora de la Unidad de Control de Tabaco del Instituto Catalán de Oncología (ICO).

Mayor prevalencia del tabaquismo entre las personas con trastornos mentales


Esta intervención es especialmente importante entre las personas con trastornos mentales porque tienen una prevalencia de tabaquismo mucho más elevada que la población general.
«Entre las personas con trastornos mentales graves, la prevalencia puede llegar a ser del 75 % y, además, fuman de forma más intensa que la población general, lo que se traduce en que estas personas pueden llegar a tener una esperanza de vida 10 o incluso 20 años menor que el resto de personas», ha explicado la especialista.
De hecho, el consumo elevado de tabaco comporta la mitad de las muertes en las personas con trastornos mentales.
En muchos casos, la raíz del problema de esta falta de abordaje del tabaquismo está en un «paternalismo» de los sanitarios, que deciden no intentar retirar este vicio a estas personas pensando que ya tienen suficientes problemas, por las enfermedades mentales que sufren.

Una persona fuma un cigarrillo, en el marco del día mundial sin tabaco. EFE/Sáshenka Gutiérrez


Los sanitarios a veces también han sido influenciados por «mitos», como que quitar el tabaco a un paciente le hará recaer de la enfermedad mental o en otra adicción, cuando no es así, ha asegurado Ballbè.
«Durante muchos años se pensó que en la esquizofrenia el tabaco podía aliviar los síntomas, que servía para relajarse, pero hemos visto que no es así, que a veces se fuma por aburrimiento y que, si aparece nerviosismo, es por el síndrome de abstinencia», ha aclarado la investigadora.
La evidencia en la práctica clínica pone de relieve que «los que dejan de fumar mejoran en síntomas depresivos y ansiedad y en la calidad de vida», así que «no solo no empeoran sino que mejoran», ha resaltado.

Casos de éxito


Para la Semana Sin Humo, la XCHSF ha recogido casos de éxito como el de José María, de 41 años y con esquizofrenia, que hasta hace un año y medio fumaba 20 puritos diarios.
«Pensé que no lo lograría, para mí ha sido la adicción más difícil de superar», ite José María, que agradece a todos los profesionales que le ayudaron.
«Para nosotros -las personas con algún trastorno mental- es posible la vida sin tabaco», concluye.
Para que las intervenciones funcionen, el manifiesto de la XCHSF pide a los sanitarios que prediquen con el ejemplo y no fumen.
También recuerda la necesidad de que los pacientes cumplan la normativa que prohíbe fumar en espacios interiores de las unidades de salud mental de corta estancia.
Entre otras entidades, el manifiesto tiene el apoyo de los colegios oficiales de médicos, enfermeros, terapeutas ocupacionales y psicólogos de Cataluña; del Instituto Catalán de Salud (ICS); de las sociedades científicas de psiquiatría o de enfermería en salud mental, y de los principales hospitales y consorcios sanitarios catalanes. EFE