BARCELONA, Beatriz Fernández, directora de la fundación Arrels.. EFE/ Marta Pérez

Beatriz Fernández (Arrels): «Todos podemos hacer algo por los sintecho, visibilizarlos»

Josep Benito


Barcelona (EFE).- Beatriz Fernández, directora de la fundación Arrels, entidad dedicada al acompañamiento y atención a las personas sintecho, ha llamado la atención sobre aquello que está en manos de todos para ayudar a este colectivo, que según sus datos suma 1.348 personas en Barcelona: «Visibilizarlos, reconocerlos como personas y ciudadanos».


Cada gesto, por simple que sea, suma en la rutina de las personas sin hogar. «Hay algo muy básico que todos podemos hacer: Visibilizar su presencia. Saludarles y preguntarles cómo están les ayuda a sentirse reconocidos como parte de la comunidad», ha explicado Fernández en una entrevista con EFE.


La directora de Arrels se ha mostrado satisfecha de que desde la istración se haya puesto en un marcha un marco de actuación para prevenir y actuar para que las personas estén acompañadas, si bien ha pedido mayores recursos habitacionales y de apoyo para, entre otras necesidades, controlar la salud mental de los que viven en la calle.


Fernández ha señalado que en invierno el espíritu navideño llena de fraternidad las calles. «Pero no nos podemos quedar únicamente en gestos de solidaridad estacionales», ha comentado Beatriz Fernández, quien ha agradecido el aumento de actitudes positivas durante estas fechas.


«El termómetro no puede marcar las cosas. Frío o calor, estas personas necesitan ayuda todo el año», ha añadido la responsable de Arrels, quien ha llamado a que determinados recursos públicos no se abran o cierren tampoco «según el termómetro».

Más que solidaridad, «justicia»


«Atendemos todo el año porque más que sentimiento de solidaridad o gratitud debe imperar un sentimiento de justicia», ha señalado Fernández, sobre el derecho que ampara a estas personas a tener una vida digna.


Y es que parte de su labor, recalca, es sensibilizar y explicar las «discriminaciones» y «vulneraciones» que sufren estas personas, para que, no solo las istraciones, sino también la ciudadanía sea consciente.


En ese sentido, y pese a algunos avances, desde Arrels critican la insuficiencia de las ayudas destinadas a combatir el sinhogarismo en Barcelona y abogan por que los esfuerzos actuales de las instituciones públicas estén «a la altura de la emergencia social».


Fernández señala la necesidad de habilitar o construir vivienda social como «prioridad absoluta» pues, sin este recurso, las soluciones ofrecidas solo son parches temporales que no resuelven la raíz de un problema en el que el pensamiento a corto plazo no es perdurable.

Radiografía de los sin techo


Desde hace décadas, Arrels Fundación ha atendido y orientado a las personas que duermen en las calles de Barcelona con el fin de acompañarlos en busca de la vida más autónoma posible y que cubra el mayor número de necesidades básicas.


Parte de su tarea es identificar y radiografiar. Una fotografía de los sintecho en Cataluña que muestra «tantos perfiles como personas», si bien predominan los hombres entre 45 y 50 años y los perfiles «cronificados» y con incidencia de muchos factores, incluida la salud física y mental y las adicciones, entre otros.


Fernández apunta la necesidad de actuar en las primeras noches que la persona pase en la calle y no más adelante, pues el tiempo juega en contra de las posibilidades de que la persona sin hogar pueda volver a vivir bajo un techo.


El último informe publicado por la entidad que dirige, en el que se analizó la situación en las calles de Barcelona, se dejaba claro, recuerda, que «la calle mata» y reduce la esperanza de vida de las personas.

Mujeres, una minoría pero más vulnerable


Las mujeres sin hogar en la ciudad condal afrontan una situación de vulnerabilidad alarmante, y es que este colectivo vive 36 años menos que el promedio de la población femenina en Barcelona, lo que equivale a morir a los 48 años, por término medio.


«Cuando una mujer llega a la calle, significa que ha agotado todos los recursos previos: trabajos de cuidados, redes familiares, e incluso favores sexuales a cambio de un techo. Esto las expone a riesgos añadidos como la violencia de género y la explotación», ha lamentado.


Beatriz Fernández dirige la fundación desde julio de este año, tras sustituir a Ferran Busquets que llevaba ejerció esta función durante doce años.