Dar a luz en el agua es una opción que ofrece el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona gracias a una nueva bañera en sus instalaciones. EFE/ Alejandro García

Jeidy y Arleth, las protagonistas del primer parto completo en el agua en Vall d’Hebron

Barcelona (EFE).- Jeidy y Arleth, madre e hija, han sido las protagonistas del primer parto completo en una bañera en Vall d’Hebron, una infraestructura que democratiza los partos en el agua al tratarse del mayor centro sanitario catalán y contar con alta especialización, lo que permitirá dar esta opción incluso a las madres con partos complejos.


La novedad se enmarca en la voluntad creciente de los servicios de Ginecología y Obstetricia de ser respetuosos y dar mayor peso a las pacientes para que decidan su parto y acabar así con la histórica violencia obstétrica que sufren las mujeres al dar a luz.


El parto en la bañera, explica la jefa de matronas de Vall d’Hebron, Vanessa Bueno, permite que la mujer se sienta cómoda, pueda cambiar de posición fácilmente y se relaje, todo ello rodeada del equipamiento necesario para hacer frente a cualquier complicación.


Una comodidad y bienestar que también repercute en el recién nacido, quien tiene una «transición» más amable al pasar del líquido intrauterino a otro extrauterino.

Un parto rápido


Jesús Moya, el sanitario que atendió el parto, ha explicado que la pequeña Arleth nació en apenas «dos o tres empujones» y al salir al agua él la cogió para ponerla en el pecho de su madre y empezar el piel con piel.


Jeidy, madre primeriza, no tenía en mente el parto en el agua, pero al querer postergar la epidural le recomendaron pasar un tiempo en el agua caliente para soportar mejor el dolor y facilitar la dilatación.


Salvo por el pequeño detalle de las contracciones y el intenso dolor de un parto, la sala de partos con bañera consigue remitir a un spa relajante, con luz tenue y música tranquila.


«Estaba tan a gusto que no quería salir de la bañera. Dije que sí, que lo quería tener ahí mismo. Fuera del agua todo me dolía más. Estoy muy agradecida de poder haber tenido esta experiencia. Solo pediría que hubiera más bañeras para que más mujeres puedan parir así», cuenta la protagonista, que dio a luz el 1 de octubre.

Una bañera y una cama


Junto a la bañera, una cama medicalizada de partos habitual, para todas aquellas mujeres que tras la dilatación y cuando llega el momento final, prefieren salir del agua y/o recibir la epidural.


Y es que aunque en puridad no es incompatible parir en el agua y recibir la epidural, Bueno destaca que no está indicado, pues el agua caliente baja la tensión también de la paciente.


Por otro lado, que sumergirse en el medio templado y flotar tenga esos efectos relajantes y contra el dolor hace especialmente adecuado este tipo de partos para mujeres que no pueden recibir la epidural por motivos médicos.


Vall d’Hebron atiende 2.600 al año y ofrece atención especializada a la gestación, parto y posparto en función de los deseos de la mujer.

Quince años de partos en el agua


Los partos en el agua llegaron a España alrededor del año 2010, sin embargo, en la mayoría de hospitales todavía se utiliza la bañera para la dilatación y relajación de la madre, pero no necesariamente para el «proceso de expulsión».


Así, por ejemplo, desde la maternidad del hospital Clínic señalan a EFE que cuentan desde hace varios años con bañera, pero el uso hasta la expulsión del neonato está aún a las puertas de recibir el visto bueno de su comité ético.


En rueda de prensa, la jefa de Ginecología y Obstetricia de Vall d’Hebron, la doctora Elena Carreras, ha destacado que la nueva sala de partos con bañera ha sido posible gracias a la fundación Albert Bosch.


Para capacitar a los profesionales, llevaron a cabo una formación a cargo de la doctora de referencia Barbara Harper, de Waterbirth International, una organización que proporciona educación a familias y profesionales para atender estos tipos de partos.


Por protocolo, está establecido que siempre debe haber personal que haya llevado a cabo este tipo de parto con anterioridad en el equipo de matronas. EFE