Barcelona (EFE).- En 1965, en pleno franquismo, nacía en Barcelona la St Peter’s School, la primera escuela internacional de Cataluña, que cumple 60 años con una clara apuesta por la tecnología y la innovación tanto en las aulas como en la forma de educar.
«Nuestro ADN es de cambio e innovación», asegura a EFE Jordi Ginjaume, director del centro e hijo de los fundadores.
La St Peter’s School, explica, trabaja para «redefinir» constantemente qué enseñar y cómo hacerlo, y para ello ha creado un comité de expertos de diferentes ámbitos, desde las ciencias hasta el arte o la literatura, que se reúne periódicamente para analizar los retos y el futuro de la innovación educativa.
«No sabemos cómo será la educación en cinco, diez o quince años, pero nos lo planteamos e intentamos ver escenarios posibles», señala Ginjaume, ingeniero de formación, que cree que el actual sistema educativo está basado en unas estructuras «muy rígidas» que son difíciles de cambiar.
Por eso, es partidario de «romper el currículo escolar» y «rediseñar» lo que se enseña en colegios e institutos, para adaptar los contenidos a una realidad que cambia a una velocidad vertiginosa con la llegada de las nuevas tecnologías.
Tecnología desde la infancia
Esa tecnología, sostiene Ginjaume, es «el motor de todo cambio» y conviene conocerla. Y cuanto antes, mejor.
Por ello, añade, la innovación está muy presente en todas las etapas educativas de la St Peter’s School, que cuenta, por ejemplo, con un laboratorio de ciencias para alumnos de 0 a 6 años, en los que los más pequeños adquieren, jugando, conocimientos como física, biología o química.
El centro también imparte asignaturas como blockchain, nanociencia o genética, ha incorporado la inteligencia artificial en las aulas y da formación específica sobre herramientas como ChatGPT.
«Enseñamos cómo utilizarlo, pero también analizamos su impacto y reflexionamos sobre ello», comenta Ginjaume, que resalta la importancia que tienen también para la escuela otras asignaturas de la rama de Humanidades como la filosofía, el arte o la historia, y fomentar el pensamiento crítico.
La St Peter’s School es un centro mixto y de ideario abierto y fue la primera escuela internacional de Barcelona que adoptó el inglés como primera lengua.
Según su director, fue también la primera escuela en la ciudad en ofrecer la certificación internacional IB en todas las etapas educativas, es decir, desde los 3 años hasta los 18. EFE
