Barcelona, mar. (EFE).- Siete entidades de acogida de pacientes y familiares desplazados a Barcelona para recibir atención médica han instado este miércoles a aumentar los alojamientos para atender estos casos, alegando que en 2024 no pudieron satisfacer 185 solicitudes de estos hospedajes.
Así lo han expresado durante una presentación de los datos sobre alojamientos para pacientes y familiares 2023-2024, donde han pedido más alojamientos y que la planificación del sistema de salud considere la posibilidad de crear estos hospedajes, como ocurre en países como Francia.
Son la Fundación Hospitalitat Mare de Déu de Lourdes, Fundación Jubert Figueras, Fundación Josep Carreras, Fundación Inés Arnaiz, Fundación de Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia, Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Cataluña (AMTHC) y Asociación de Niños y Niñas con Cáncer (AFANOC).
Desde 2023, las siete entidades se han organizado en un grupo de trabajo que aloja a familias españolas y extranjeras, a través de los trabajadores sociales sanitarios de los hospitales, en pisos cedidos por la istración u obtenidos gracias a donaciones de testamentos y búsqueda de subvenciones para afrontar alquileres.
Recientemente, también han promovido el programa Familia Amiga, que conecta a personas que tienen habitaciones libres en sus pisos con pacientes y familias que necesitan un lugar en el que hospedarse temporalmente durante los tratamientos médicos.
Las entidades lamentan haber denegado 159 peticiones de alojamientos por falta de disposición en 2023, una cantidad que creció hasta los 185 casos en 2024 (un 16 % más) y que, según vaticinan, se prevé que ascienda en los próximos años.
Crecen las solicitudes de alojamientos
Durante el año de estreno del grupo de trabajo, las siete entidades lograron reunir 38 alojamientos (pisos o casas) de acogida con 113 habitaciones disponibles a disposición en el área metropolitana de Barcelona.
Asimismo, hubo 698 entradas de familias desplazadas en los alojamientos de acogida (576 en pisos y casas y 122 en hoteles solidarios).
Al año siguiente, consiguieron 41 alojamientos con 115 habitaciones disponibles y hubo 838 entradas (651 en pisos y casas y 186 en hoteles solidarios), lo que representa un incremento del 20 % en pacientes atendidos.
También crecieron de un año a otro las pernoctaciones, que ascendieron de las 64.520 en 2023 a las 66.175 de 2024 (un 5 % más), con un coste estimado que friega los 5,4 millones de euros.
«Los pacientes no tienen por qué tener una vulnerabilidad enorme, sino que deben afrontar el coste de dejar de trabajar, comprar comida y seguir cuidando a sus otros hijos», ha explicado la responsable del Programa de Experiencia del Paciente y Pisos de Acogida de la Fundación Josep Carreras, Alex Carpentier.
De hecho, los representantes de las entidades apuntan que no hay un límite económico para acceder a estos alojamientos, puesto que los desplazamientos a Barcelona afectan a un amplio espectro de la sociedad.
Según afirman, el precio medio de la estancia en un hotel en Barcelona fue de unos 190 euros en 2024, cuando la estancia media en los pisos de acogida de estas entidades fue de 33 días.
Un alivio para las familias
Dos beneficiadas de estos alojamientos temporales fueron Evelyn y Carlos, residentes en Manresa (Barcelona), quienes dieron a luz a su hija Melany, que sobrevivió pese a nacer antes de las 23 semanas de gestación en el Hospital Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) por a una incompetencia cervical.
Debido a estas complicaciones en el embarazo, Evelyn tuvo que desplazarse a Sabadell para evitar mayores contratiempos y dio con un alojamiento de acogida facilitado por la Fundación Jubert Figueras, en el que vivió durante cuatro meses.
«Estar solo en otro país es lo más duro que te puede pasar, pero todo salió bien con mi hija y me sentí muy acompañada», ha celebrado Evelyn, quien compartió piso con otras familias en su situación, entablando grandes amistades que todavía conserva.
Otro caso es el de Tatiana, una paciente de leucemia de 56 años que vive en Lleida y que tuvo que ser tratada en Barcelona para recibir visitas semanalmente.
«Mis ingresos son de 448 euros habiendo trabajado toda la vida. Ya no pensaba en mi enfermedad, sino en el trauma que les provocaba a mis hijos. ¿Dónde iba a dormir?», ha recordado.
A raíz de la Fundación Josep Carreras, consiguió un alojamiento de acogida en Barcelona: «Se me abrió un mundo. Les debo media vida, sin ellos hubiera tenido que dormir en un saco de dormir donde fuera», ha destacado, visiblemente emocionada tras recibir un trasplante de médula ósea hace medio año y estar actualmente en fase de remisión de la enfermedad. EFE